Durante esta cuarentena en donde muchos tenemos la oportunidad y el espacio para reflexionar. Todas a lo largo de nuestras infancias tenemos miles de planes para el futuro, imaginamos una vida de ensueño con amor y felicidad eterna. Quizá ya hace mucho de esos ayeres o tal vez no. Si pudieras decirle algo a tu yo de niña ¿qué sería?

Durante nuestro recorrido enfrentamos infinidad de situaciones que poco a poco van cambiando nuestra manera de ser, los planes a seguir y las metas a conquistar, momentos de suma tristeza en donde no vemos la luz o por el contrario infinita alegría de esa de la que nos hace bailar.

Algo que he entendido de este juego llamado vida es que pese a todo debemos salir adelante, confiando en nosotras y sembrando el amor en quienes nos rodean. El problema a menudo son los estereotipos que nos dicen que para ser una mujer, debemos cumplir con ciertas normas y detalles imposibles de tener.

Mujeres y hombres se convierten en actrices y actores en cuanto nacen y, según interpreten mejor o peor ese papel asignado en el gran teatro del mundo, el público la sociedad les aplaudirá o censurará. La crítica juzgará cuánto se acerca o aleja cada cual de los estereotipos. Si la niña es fuerte, valiente y activa será castigada igual que lo será el niño prudente y sensible.

Por ello es necesario deshacernos de esas barreras y comenzar a escucharnos, poner particular atención a nuestro corazón. Perdonarnos a nosotras mismas y amarnos más.

¿CÓMO CONECTAR CON TU NIÑA INTERIOR? 

Nuestra niña interior representa la parte de nosotras mismas que guarda intacta y, desde el punto de vista de un niño, las experiencias buenas o malas que vivimos entre los tres y los cinco años de edad. Estas experiencias regulan nuestro día a día, desde lo más profundo del inconsciente. Esto ocurre naturalmente y de manera invisible.

Nuestro niño o niña interna también guarda tesoros increíbles, ya que recuerda y nos muestra la potencialidad de aquello que vinimos a hacer, el mundo que soñábamos de pequeños, aquellas cosas que podemos experimentar cuando somos capaces de conectarnos con la existencia plena.

A continuación detallaremos un ejercicio algo más complejo que el anterior. 

Para hacerlo hay que preparar un cuaderno especial. Va a ser el medio para conectarte con tu niña interna. Sería perfecto usar uno que te recuerde de alguna manera a tu niñez. Para obtener mejores resultados intentá sostener este ejercicio durante al menos un mes.

Buscá una foto tuya de cuando tenías aproximadamente cinco años y pegá la foto en la primera hoja. Escribí una especie de dedicatoria, unas frases para darle a tu niña interior una bienvenida al proceso de sanación.

  • Es muy importante utilizar frases positivas expresadas de una manera afirmativa y en presente. 
  • Todos tenemos una mano más hábil que la otra. Si sos diestra la más hábil es la derecha, si sos zurda, la izquierda. Es importante tener en cuenta esto para realizar los ejercicios. El resultado te sorprenderá.
  • Tratá de anotar en tu cuaderno de conexión los picos emocionales más importantes del mes. Está bueno comprometerse con el ejercicio y tener el cuaderno a mano y disponible para anotar todo lo que pase.

El método para llevar el registro es el siguiente:

  • Antes de anotar, respirá profundamente y tomá el cuaderno entre tus manos, recreando la emoción que querés registrar. ¿Tristeza? ¿Enojo? ¿Depresión? ¿Ira? ¿Culpa?
  • Con el cuaderno abierto frente tuyo, escribí palabras claves sobre el tema en cuestión. Hacelo con tu mano no hábil en la hoja que está sobre la izquierda.
  • Seguramente sentirás dificultoso escribir con tu mano no hábil, pero ella representa a esa niña de 5 años.
  • Mientras lo haces preguntate: ¿qué siente mi niño o niña interna sobre este tema en particular? ¿Qué me preocupa en este momento?
  • Permití que tu niña interior se exprese completamente y sin censuras. El cuaderno es solo tuyo y nadie lo verá.
  • Luego, podés cerrar el cuaderno unos instantes y, teniéndolo entre las manos, visualizar que una luz dorada lo envuelve por completo y que, expandiéndose, también te envuelve.
  • Ahora, desde el adulto que sos, volvé a abrir el cuaderno y respóndele amorosamente a tu niña interna, escribiendo o dibujando con tu mano hábil en la hoja de la derecha.
  • Una vez terminado un tema o un ejercicio es recomendable que te des un premio para recibirlo desde tu niña interior. 

Cada vez que abras el cuaderno y te conectes con tu niño/niña interna en la hoja del lado izquierdo, visualizá desde tu adulto actual cómo esa niña se ordena y se sana por medio de las amorosas palabras e imágenes que ponés en la hoja del lado derecho.

Niña y adulto co-existen en tu interior. Reconocerlo, integrarlo y sanarlo permiten que la experiencia de la vida cotidiana se vuelva radiante y creativa.

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

 

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