Entre mentadas de madre y descalificaciones para quienes manifestaron rechazo a su candidatura por la diputación federal en Tlalpan, en la Ciudad de México, con el partido Redes Sociales Progresistas (RSP), Alfredo Adame realizó actividades proselitistas en el territorio por el que compite. 

Quien hizo carrera como actor y conductor en la televisión no titubeó en llamar mediocres y mequetrefes a quienes sonaron sus claxons para desaprobarlo; después, el aspirante dijo en entrevista para un medio nacional que la gente lo apoya porque sabe que es un hombre decente, educado y trabajador (¿Qué?). 

Desde elecciones anteriores partidos políticos han recurrido a la popularidad de algún personaje mediático con el fin de aprovechar su imagen para intentar colocarlo en algún puesto, toda vez que carecen de perfiles que sean reconocidos por la ciudadanía y logren el cometido (que en el caso de RSP es permanecer con registro), especialmente para las elecciones en que se renuevan los congresos y aspirantes son rara vez identificados por los votantes.

Sin embargo, para esta ocasión la baraja de candidatos y candidatas provenientes del mundo del deporte y el espectáculo se ha ampliado y presenta cantantes, actores, luchadores, clavadistas y otras celebridades que hacen el proceso electoral todavía más pintoresco de lo que estábamos acostumbrados (y miren que ya era bastante).

De igual forma las redes sociales han contribuido al cambio de estrategias y la forma en que se llevan a cabo las campañas. No pocas personas que aspiran a un cargo de elección popular aparecen en los muros de Facebook, Twitter, Instagram, Tik Tok y otras plataformas mientras bailan y cantan para pedir el voto el próximo 6 de junio. 

Esta estrategia ha rendido frutos al candidato de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Nuevo León Samuel García Sepúlveda, quien la semana pasada apareció como adelantado en encuesta publicada por el diario Reforma, realizada del 7 al 15 de abril. Lo cual no le ha salido barato, pues de acuerdo con lo publicado por Proceso, tan solo en Facebook ha gastado hasta el momento 5 millones 372 mil 813 pesos, más del doble de lo que ha invertido la candidata Clara Luz Flores, de juntos Haremos Historia en Nuevo León.

Además de lo gastado en promoción en redes, Samuel recibió un fuerte impulso en las preferencias electorales por el gazapo de Clara Luz, quien mintió al ser cuestionada sobre si conocía al líder de la secta Nxivm, Keith Raniere. Y aunque al filo de la medianoche del domingo pidió perdón por negar el hecho, tal parece que la rectificación llega ya tarde pues su campaña va en caída libre y su disculpa es considerada por muchos como un intento con los dedos en la puerta por recuperar terreno, más que por genuino arrepentimiento.

Hacer proselitismo en plataformas virtuales no solo debe ser imperativo para quienes contienden en el actual proceso electoral por la pandemia de COVID-19, sino también porque son los canales que pueden colocarlos entre las preferencias de la ciudadanía, o al menos que sepan quiénes son, como el caso de Samuel García, que divide rechazos y simpatías. No obstante, en Hidalgo parece que continuamos en las formas políticas de los 80, pues varios candidatos y candidatas se vanaglorian de hacer su campaña a pie y de puerta en puerta, sin miedo al COVID, pues, y sin importarles poner en riesgo a la población.

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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