Quienes aún no han recibido la vacuna, cuentan los días y semanas para su turno, pues no hay quien no se encuentre animado por rehacer, en la medida de sus posibilidades, su vida.
Hace unos días, a través del derecho de Gil Borja, por YouTube, tuve la oportunidad de entrevistar a la sicóloga Joseline Ocadiz Rosas, quién por el tiempo de la cápsula, no pudo compartir consejos que serán fundamentales, para ayudarnos entre todos a una concordia social.
De manera práctica, te comento que, con los cambios en nuestras vidas, todos perdimos o modificamos nuestros horarios de descanso, alimentación y actividad física, lo que se magnificó, además con el uso de equipos electrónicos, mismos que si bien son útiles, el uso excesivo de los mismos, puede ser peligroso.
El uso de computadoras, televisión y teléfonos inteligentes (celulares), activan algunas partes del cerebro que, bajo control, ayudan al aprendizaje y a la activación celular, sin embargo, una exposición prolongada, puede generar cambios en el órgano del pensamiento y un cansancio crónico con distorsión de la percepción de la realidad.
Lo primero que debemos hacer, es abandonar las malas prácticas del uso excesivo de estos medios electrónicos, pues la ansiedad por conectarnos, la alta luminosidad y la interconexión con las ondas cerebrales, conlleva problemas a corto, mediano y largo plazo, como el déficit de atención, la sensación de cansancio e inclusive una necesidad por estar conectados mayor tiempo.
Deberemos hacer uso escalonado de estos medios, bajando poco a poco, y por minutos, el uso de los mismos, hasta lograr reducir, en la mayor medida posible la dependencia a estos medios electrónicos.
Esta actividad la deberemos hacer de manera consciente y cuidando, sobre todo, se cumpla en menores de edad, para que en una estrategia conjunta y dependiendo la edad, logremos que vayan al horario habitual (antes de la pandemia) a la cama, aunque al principio, conciliar el sueño será complejo.
No será fácil, pero es cuestión de retomar las sanas costumbres, pues tendremos que ajustar los horarios de descanso, para pasar a los tiempos de la alimentación, pues en el caso de los infantes, deberán iniciar con un desayuno ligero por las mañanas, un almuerzo (la colación que tomaban en horario de recreo escolar), y en el horario que regresarían a casa, la comida, para finalizar el día con una merienda.
En el caso de los adultos, iniciaremos entendiendo que cambiaremos totalmente de ubicación, por lo que será sano, desde muy temprano “arreglarse” como si fuere a entrar a oficina, tomando los alimentos y cada dos horas levantarse a dar unos pasos, hacer movimientos de estiramiento de cuello, brazos, espalda y piernas, en un lugar reducido, emulando el lugar de trabajo.
Tenemos que asimilar nuestra nueva realidad y un regreso, en el que la tolerancia, nos permita interactuar de mejor manera, para sufrir en menor medida, lo abrupto de los cambios.
- Fb: Arturo Gb / Arturo Gil Borja
- Tw: @arturogilb
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
