Muchas veces en mi vida me perdí, permitiendo que alguien o algo más fuera mi prioridad antes de mi misma, y es que en ocasiones la vida se inclina hacia un camino empedrado que lleva hacia el abismo, nos encontramos con situaciones, con actitudes o con personas que incluso sin planearlo ponen a prueba nuestro amor propio, nuestras carencias, nuestros traumas y vacíos, estas personas están en nuestra vida pre cargados  con todo aquello que nos va a poner a prueba a cada minuto de nuestra existencia, vienen dotados de un atractivo único, son todos aquellos que en pocas palabras nos pierden desde el primer momento que los vemos.

Vivir en un estado  así puede provocarnos el perdernos a nosotros mismos, soportar lo que en en un estado consiente jamás permitiríamos, poco a poco nos sometemos a los planes de alguien más, a los gustos de los demás, nos envolvemos de un entorno tóxico y perdemos autoestima, y como no si no podemos entender porque ante nuestros ojos le estamos dando el valor a los demás por encima de nosotros, un día de la nada puede ser que nos encontremos a la mitad de la nada, con un pánico inexplicable a la libertad, sin confianza, sin amor propio y con el único objetivo de que quien es el objeto de nuestro sufrimiento no nos abandone, porque hace tiempo que somos dependientes de eso.

Llámese trabajo, amistades, compromisos, amor, un día nosotros quedamos en segundo plano.

Y después de todo el proceso un día tú cerebro hace todo por ganar la batalla, por abrirte los ojos, cuando ya no queda más que darte cuenta que te has enfermado, que estás en caída libre hacia el vacío, que bloqueas lo positivo, que trabajas para mantenerte en un lugar que no quieres, que rechazas y lastimas lo que te conviene, lo mejor para ti, porque no estás listo porque incluso te auto castigas por caer tan bajo.

Después de esto viene la fortaleza, un día a la vez, respiras y aceptas tu situación aunque aún no comprendes bien como caíste tan bajo,  y como podías seguir cayendo sin límites, aceptas por fin que te fuiste perdiendo cada vez que te dañaban, que pasaban por encima tuyo, y empiezan las ganas, por salir, por resurgir, por dejar de lado a los demás y comenzarte  a amar.

Es ese momento mágico donde te das cuenta que tu vida no depende de una persona ajena a ti mismo, que tu eres tú prioridad y que estás formado con varios pedazos y que solo cuando estás bien en esos pedazos puedes decir que has empezado a crecer. 

La vida es estar bien en lo que te llena, tener la libertad de ser tú mismo, cuidar tu autoestima, 
Demostrarte  amor cuidando de ti y tu cuerpo
Comer bien , hacer ejercicio, consentirte y cuidarte,  proteger tu mente , con terapia, con pensamientos positivos, con resiliencia, aceptar que todos tenemos algo que trabajar, que sanar y mantener, que somos energía en constante cambio y evolución, aceptarte, cuidar tus emociones, tener proyectos de vida, amar, cuidar tu entorno, hacer lo que te corresponde, aceptar tus responsabilidades y consecuencias. 

Hasta ese momento que se consigue un equilibrio en tus actos y actitudes, en tus pensamientos y acciones, en tus deseos y metas es cuando empiezas a despertar.

Solo hay que cuidarse del autoengaño, cuando por ser hasta cierto punto funcional te mantienes estático a la vida, dejar los pretextos y convertirlos a tu favor.

Puedes estar destrozado y aún así empezar de nuevo cada día de tu vida, cada instante, cada momento se puede convertir en el comienzo de la próxima meta, de la nueva vida.

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *