Las epidemias nos recuerdan que en tiempos de crisis siempre saldrá lo mejor de la condición humana, seamos fuertes y enfrentemos este episodio histórico, ya que, como bien lo menciono Carlos Darwin,  solo los que se adaptan a los cambios sobreviven. Esta epidemia que se ha convertido en pandemia está asolando a todo el mundo llegando a cada rincón del planeta y nuestro Estado no es la excepción.

Algunos problemas de salud en la entidad han sido la epidemia de Gripe Española en 1918 que dejó tras de sí una gran mortandad en Pachuca, la de Paludismo, en 1942 que fue aquí en razón de las condiciones climatológicas aunque no por ello menos letal, la de Poliomielitis, entre 1948 y 1955, enfermedad infecciosa producida por un virus que ataca la médula espinal y provoca atrofia muscular y parálisis cuyas víctimas fueron fundamentalmente niños. Y la de salmonelosis, que infectó a más de 70 mil habitantes causando la muerte de cerca de 600 personas; según las estadísticas, la letalidad de esta epidemia que asoló también a la ciudad de Tulancingo radicó en la resistencia de aquella salmonela, a los medicamentos conocidos y practicados entonces.  

La primera alerta por una pandemia fue en el siglo pasado en el verano de 1918, cuando un soldado norteamericano que participó en la Primera Guerra Mundial, llegado al puerto francés de Brest, inició el contagio de una atípica gripe o influenza que pronto se propagó en todo el mundo provocando la muerte de 50 millones de personas, entre niños, adultos y ancianos. Fue llamada Gripe Española ya que fue el país ibérico el que difundió la mayor información de aquella gran peste, la primera padecida por la humanidad a principios del siglo XX.

En México, el contagio se inició en el otoño de 1918 y causó más 300 mil muertos, en una población que oscilaba entre los 13 millones de habitantes. Y de toda la República mexicana Pachuca, con poco más de 35 mil pobladores, sufrió el embate de aquella epidemia, que en tan solo dos meses aniquiló a cerca de 2 mil personas, es decir 6 por ciento de la población total. En pleno desarrollo del contagio de la Gripe Española el periódico oficial del 8 de noviembre de 1918 daba cuenta de un “Lazareto” (hospital especial dedicado al tratamiento de enfermos infecciosos) establecido provisionalmente en el Hotel Metropolitano de la calle de Allende.

Las crónicas refieren que todos los comercios del centro de Pachuca cerraron por espacio de tres semanas o un mes y las calles estaban vacías. Conocida es la anécdota de la vecindad de Tejas, propiedad de la familia Cravioto, que llego a tener cuatro cadáveres y el primero de ellos estaba entrando justo por la calle de Guerrero, los cadáveres eran hacinados en el primer patio porque allí pasaba “La Leona”, una maquina eléctrica de la compañía Real del Monte y Pachuca que rodaba por las vías del tranvía y en los vagones de carga, se echaba a los muertos que no podían velarse por el riesgo de contagio. Para realizar esta operación fue construida una vía férrea a lo largo de toda la calle de Abasolo y doblaba al poniente por la Calzada de la Veracruz hasta llegar a la puerta trasera del Panteón de San Bartolo donde eran o llevados a la fosa común para darles sepultura, o bien, eran incinerados, sin que sus parientes supieran adonde habían ido a parar. Por las calles se escuchaba con frecuencia el grito de consternación de los familiares que perdían a algún ser querido muerto por el contagio de esta terrible peste.

Las tardías medidas tomadas por las autoridades no lograron mitigar rápidamente la enfermedad ya que ésta se expandió por la ciudad, la carente ayuda exhibió las terribles carencias hospitalarias que había en Pachuca y que lamentablemente continúan existiendo. El diario “El Barreno” dio cuenta, se señala en una antigua revista de la Cruz Roja pachuqueña del año de 1943, de la impotencia del viejo Hospital Civil de la ciudad para curar o al menos mitigar los efectos de aquella enfermedad que enlutó a cientos de familias.

A finales del año 1918 los efectos de la epidemia empezaron a disminuir, el Periódico Oficial del Estado dio cuenta en su número del 1º de diciembre de ese año sobre la clausura del “Lazareto”, instalado en el Hotel Metropolitano. Los pachuqueños esperamos que nuestro “Lazareto” del siglo XXI ubicado en la explanada bicentenario también sea levantado próximamente y con ello quede resuelta la pandemia y se renueve la dinámica de la población en Pachuca, México y el mundo entero. ¿Tú lo crees?… paciencia, llegará ese día.

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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