Qué tal mis queridos lectores, bienvenidos a un número más de esta su columna de confianza. El día de hoy les escribo sobre una joyita escondida dentro del extenso catálogo de Netflix que, si bien ha perdido series de arrastre como Friends o How I Meet You Mother y muchos la han llamado “el Canal 5” de las plataformas de streaming, aún contiene producciones que son una gozada.
Tal es el caso de “Sunderland ‘Til I Die” o “Del Sunderland hasta la muerte”, una producción original de la gran “N”, la cual nos relata el día a día del Sunderland AFC, equipo histórico de Inglaterra, durante las temporadas 2017/2018 y 2018/2019.
Yo sé, yo sé. Seguramente te dirás que un documental sobre un club inglés del que nunca habías oído no es mínimamente atractivo, y yo pensaría de la misma manera si no fuera por la forma en la que nos cuentan las peripecias de una franquicia más salada que el mismísimo Cruz Azul.
Todo comienza con un descenso. En la temporada 2016-2017 el Sunderland había bajado a segunda división, por lo que en agosto de ese año comenzaba su camino para regresar a la máxima categoría, la Premier League. ¿Cuál fue el resultado? Los también llamados black cats descendieron a la tercera división inglesa&
Durante su frenético camino hacia el fondo de la tabla ocurre de todo, comenzando con un jugador que se la pasa borracho durante la mayoría de la filmación, hablando pestes de su directiva en cada fiesta a la que va y culminando su estelar participación provocando una carambola por conducir (como no podía ser de otra manera) en estado de ebriedad.
Tras de dar de baja al astuto jugador que bebía como trabajador de la construcción en el día de la cruz y a tres jugadores más que admitieron públicamente que nunca quisieron estar en el equipo, el Sunderland se ve corto de efectivos, lo que hace que su director deportivo se lance a la búsqueda de fichajes para reforzar la plantilla, contando con la grandiosa cantidad de cero euros para acometer los fichajes.
¿Cómo es que un equipo que un año antes estaba en la máxima categoría no tenía dinero para contratar jugadores? La respuesta es fácil, durante más de un lustro “los gatos negros” habían gastado por encima de lo que ganaban al año y justamente en su primera temporada en segunda división, el dueño del equipo decidió que ya había estado bueno nomás dar dinero a lo conejo (o sea, dar a cada rato) y cerró la llave de la abundancia. Tal era su hartazgo que mientras se le moría el changarro él ya buscaba quién se lo comprara.
Más allá de la terrible suerte, la magia de esta docuserie radica en el foco que ponen sobre los aficionados, porque esta historia no trata sobre jugadores buscando la redención, ni de jóvenes promesas haciéndose un lugar en el equipo. Esta historia trata del taxista que lleva 40 años siendo aficionado a su equipo, del veterano de guerra que cada verano compra entradas para toda la temporada, de la pareja de casados que sueñan con ver al capitán levantando una copa, e incluso trata del loco aficionado que siempre muestra su torso desnudo en los partidos a pesar de estar en el pináculo invernal.
“Del Sunderland hasta la muerte” es un retrato de las entrañas del futbol inglés, de las ciudades que no tienen nada más que su equipo y que, a partir de él, la comunidad se reúne, teje lazos fraternos y construye una identidad imborrable por el paso del tiempo. Es una oda a la amargura que lleva el amar incondicionalmente a tu equipo, a las lágrimas que dejas en la camiseta y a la ilusión que te desborda cada inicio de temporada.
Además de todo eso, en una escena se ve cómo aficionados festejan una victoria agitando la prótesis de pierna de algún desafortunado que al calor de la celebración se vio desprendido de su extremidad artificial.
¿Aún quieres más razones para verla?
¡Hasta la próxima!
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
