“Me siento más tranquila”, dijo María Filiberta Hernández Hernández luego que recibió la primera vacuna de AstraZeneca contra COVID-19 aplicada en Huejutla. Ese puede bien ser un sentir colectivo cuando estamos a casi un año de que la pandemia alcanzó tierras mexicanas. 

El primer contagio de COVID-19 fue registrado el 27 de febrero; 353 días después comenzó la vacunación de la población civil. Las circunstancias, bien sabemos, son particularmente adversas; sin embargo, como es tradición en este país (sin alusión gubernamental porque ese zapato calza en todos), las cosas pudieron hacerse mejor. Mucho mejor.

Este lunes desde muy temprano cientos de personas adultas mayores se trasladaron hasta los puntos de vacunación en Huejutla, que fue uno de los 333 municipios en todo el país contemplados en esta primera fase. Para su mala fortuna el clima no les fue benévolo en la Huasteca hidalguense y los que no cargaron con paraguas tuvieron que padecer bajo la lluvia mientras aguardaban su turno, espera que duró hasta tres horas.

Misma situación ocurrió en alcaldías de la Ciudad de México, donde largas filas se formaron afuera de los puestos de vacunación, situación que provocó estadías prolongadas, en la mayoría de los casos de pie y bajo el rayo del sol, que son condiciones especialmente incómodas para personas mayores de 60 años. La imagen se replicó en otros municipios del país. 

De acuerdo con autoridades federales, en esta primera fase aplicarán 870 mil dosis de la farmacéutica AstraZeneca, cifra por demás nimia con respecto a la cantidad de mexicanos a vacunar pero que (a pesar de lo que dicen los enardecidos detractores de la 4T) es motivo de entusiasmo al ser un paso más hacia adelante para salir de esta contingencia que se ha convertido en tragedia económica y de salud: 174 mil 207 muertes hasta el 14 de febrero.

Después de recibir su vacuna, María Filiberta pidió a otras personas mayores de 60 años acudir a vacunarse para estar tranquilos, que es como ansiamos estar todos. 

Mientras tanto, solo queda esperar la llegada de más dosis en próximos días. El número y el tiempo de espera dependerá de la habilidad de negociación del gobierno de López Obrador (o la falta de ella), así como de la capacidad de producción de las empresas fabricantes y de las políticas de las grandes potencias mundiales que, en lo que va de la pandemia, han mostrado falta de solidaridad.

ACLARACIÓN                                                     
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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