Dicen que cada uno de nosotros esperamos algo, algunos lograr sus metas, otros cumplir sus deseos, ver concretados los sueños, un viaje, un descanso, a una persona, a veces esperamos y en la espera se va la vida, en la espera se nos olvida disfrutar el camino, desde pequeños esperamos ser grandes, crecer, hasta el día que esperamos descansar, reunirnos con aquellos que ya no están a nuestro lado.
La espera se convierte en parte de nosotros, esperamos la comida, esperamos la noche, el descanso, el fin de semana, las vacaciones, somos fanáticos de esperar aquellas épocas que representan los cierres, que pueden ser nuevas oportunidades, esperamos un mensaje, una llamada, una fecha, esperamos un pago.
Esperamos y esperamos, vamos creando con nuestra mente los escenarios por venir, aquella conversación, aquella disculpa, aquella propuesta, incluso en estos momentos mientras lees estás palabras, cientos de personas a tu alrededor están viviendo por vivir, esperando algo que tal vez nunca llegará.
Y es que no basta con esperar, la vida es aquello que esta en nuestras manos en este momento, la vida no es el pasado, ni el futuro, la vida no es lo que anhelamos, ni siquiera en lo que trabajamos, la vida es solo el ahora, este instante que se evapora de tus manos como agua, son todas esas palabras que se dicen, pero sobre todo, todas aquellas cosas que se hacen, son esos besos que se dan, esos pensamientos que se tienen, esos sentimientos y emociones que nos bombardean, todo eso que respiramos.
Llega entonces el cuestionamiento obligado, si la vida es lo que soy en este momento, si la vida es este instante, entonces qué soy, realidad, mentira o fantasía, todo aquello por lo que trabajo, todo aquello que estoy esperando valdrá la pena, nos cuestionamos si todo tiene significado, un plan divino, una razón de ser, o solo somos un accidente perfecto, una combinación química, parte de la nada.
Se que no tengo la verdad, solo mi verdad, de acuerdo a mi historia, a mi percepción, a mi vida, a mi contexto, finalmente cada historia es diferente, y no hay nada mejor para cada quien que lo que es para cada quien, solo soy parte de esto, pero si tengo un objetivo, dejar de esperar, y vivir, cada momento, cada situación, cada instante, ser más perceptiva de lo que me rodea, y sobre todo valorar y agradecer, probablemente aquello que llevo esperando venga a mi en algún momento, probablemente pase, porque día a día mis pensamientos están ahí, mis deseos están ahí, mis ganas están ahí.
Pero la vida sigue sucediendo, el mundo sigue girando, y hoy sigo escribiendo una nueva página en blanco, esta página que puede ser en compañía o soledad, en felicidad, en amor, en salud o trabajo, está página llamada hoy.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
