Como piezas de ajedrez en una partida perfecta, nuestras acciones y movimientos a lo largo de nuestras vidas van marcando el curso de los hechos, influyendo de manera importante en quienes nos rodean, quienes nos conocen y en ocasiones incluso en aquellos que ni recordamos.

Si tuviésemos oportunidad de vernos en los ojos de los demás probablemente la percepción de uno mismo sería diferente,  podríamos tal vez incluso entender nuestras acciones un poco más desde las consecuencias, desde nuestro papel social, y encontrar nuestro potencial y trabajar en nuestros errores. 

Y es que todas nuestras acciones tienen una consecuencia en cadena sobre los demás, muchas veces me he sorprendido al saber que algún extraño sabe de mí, personas que me recuerdan por algo que supieron de mi, que escucharon, que creyeron entender, todas esas cosas que te convierten en leyenda urbana, que te vuelven aspiracional, o repudiado, independientemente de que sea real o no el hecho, recuerdo o percepción de lo ocurrido, en este sentido horas antes de escribir este soliloquio escuche una frase que queda de manera perfecta, “muestras los hechos, pero debes acompañarlos del cristal a partir del cual quieres que te miren”, de otra manera serás juzgado por las creencias, tradiciones o limitantes del receptor. 

El recuerdo de ti y tú vida dependerá de quien cuente la historia, te sorprendería saber cuantas personas dejaron grabado en su memoria alguna costumbre, actitud, gesto tuyo, algo de ti, y lo imitarán, lo usarán de ejemplo, y replicarán, algún día puedes estar seguro hiciste algo por alguien que fue trascendente, que evitó un mal momento, que ayudó a alguien, esas personas no te olvidan aunque ya no sigan en tu círculo social o nunca hayan estado.

Probablemente has trabajado en tu legado, pensando en dejar una buena memoria, herencia, unos más ambiciosos en formar parte de la historia, y está bien, puede ser un estilo de vida, puedes lograr que una calle lleve tu nombre, que te hagan homenajes, que se escriba sobre ti, desde mi perspectiva, vivir es la aventura, respirar con pasión, dar lo mejor de ti, incluso llevar una vida sencilla pero feliz, crear redes de ayuda esa es la forma de  ser un buen recuerdo.

Muchos te aprecian, te admiran o te aman, por aquello qué tal vez no sabes que eres, se feliz, sin esperar que la felicidad sea la perfección, un paisaje sin tormenta, eso solo es una cara de la moneda, se feliz viviendo lo que corresponda a cada momento, enfrentando retos, aprendiendo, trabajando, y te aseguro que el recuerdo de ti dejará realmente una huella.

ACLARACIÓN                                               
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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