De Navidad

Esta Navidad será diferente, menos abrazos, menos reuniones, menos personas, algunos con sentimientos encontrados, tristeza, melancolía, agradecimiento y esperanza, algunos con grandes problemas, otros con sueños cumplidos, pero en definitiva todos enfrentando un momento que la vida nos regala para valorar. 

Unos se arriesgan a realizar gastos, a salir a las calles, buscando un descanso, un festejo, una reunión, otros más prudentes, buscan alternativas antes inimaginables, otros se han resignado a sobrellevar la situación. 

El paso del tiempo está haciendo su labor, en aquellos que han cambiado poco a poco su mentalidad, en aquellos que agarran fuerzas para luchar por lo que anhelan, los que parecen niños pequeños disfrutando cada momento, y haciéndolo especial, poco a poco vamos entendiendo que la salud es más importante que un bien material, que un amor sincero y real no se puede comparar con compromisos absurdos, con falsedades, valoramos nuestro tiempo en familia, optimizamos recursos  y nos adaptamos a las nuevas necesidades. 

Estamos utilizando la tecnología, buscando nuevas formas, cambiando nuestras maneras, estamos al borde del momento en el que tenemos que demostrar de que estamos hechos, justo a unos centímetros de lanzarnos al vacío para podernos renovar, el momento de despertar a una nueva conciencia, a una mejora, es el momento de confiar, de creer, de amar, buscar un equilibrio, tener más sentido común, aceptar aquellas lecciones que hemos rechazado tantas veces. 

En ocasiones es necesario dejar morir una rosa para poder plantar un rosal, no conformarse con la belleza de un instante, para dar vida a algo permanente, arriesgarse, y vivir. 

Esta Navidad se lleva por dentro, tal vez en silencio, extrañando a los que no están, pero no es individual, busca ser para todos, manifestarse a una sola voz, proyectar la esperanza de un futuro mejor, se cuela entre el aire que respiramos esperando salir al mismo tiempo y bañar a todos aquellos que la puedan apreciar.