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Cuando te toca, ni aunque te quites, y cuando no te toca, ni aunque te pongas”.
Refrán popular.
Un servidor ha vivido la mayor parte de su vida en la iniciativa privada, procurando combinarla con el placer y el honor de pertenecer a la academia por casi 25 años, sea frente a grupo o en la dirección de una institución educativa.
Mi padre, quien este diciembre cumple 41 años de haber fallecido, fue Médico de profesión, además de estudiar pediatría y geriatría, sin embargo, en sus últimos años de vida, combinó la profesión, con la academia y la política.
Lo que siempre aconsejó a sus 8 hijos, dentro de los cuales soy el sexto, fue el que debíamos prepararnos en la vida, para disfrutar de los frutos del esfuerzo honrado y el trabajo leal, procurando prepararnos profesionalmente y vivir de nuestros ingresos, pues sí alguno de nosotros era atraído por eso que llaman política, debíamos tener un sustento para no convertirnos en esclavos de nuestras aspiraciones.
Sabias palabras, sin embargo, jamás nos compartió lo apasionante que podía ser el servicio público, combinado con esa peligrosa actividad denominada política, que para muchos, se convierte en una adicción difícil de superar.
Año por demás extraño ha sido el 2020, no solo por una pandemia que ha azorado y azotado a la sociedad en todos los sentidos, pues más allá de los contagios, la economía y por tanto los ingresos de todos, decayeron de una manera terrible, pero algo que ya se preveía desde hace más de un año, eran las reglas de la elección municipal en Hidalgo.
Por primera y única ocasión, los candidatos a Presidentes Municipales, contendieron no solo por el cargo principal de un Ayuntamiento, sino que, en caso de obtener el 3% de los votos totales depositados en la elección, el día de la misma, lograrían entrar al cabildo en calidad de regidores.
Como quien dice, un cargo para quien tenía aspiraciones de colaborar en un Municipio, con esfuerzo y solo el 3% de los votos emitidos a su favor, le llevaría a ocupar el cargo de elección popular.
Así y con aparente facilidad, veremos, por única ocasión, cabildos en los que se integrarán, además del candidato a Presidente Municipal ganador, por el segundo, tercero y en algunos casos el cuarto y hasta quinto lugar.
Imaginen tantos liderazgos juntos, pero sobre todo con ideas tan distintas y sentimientos encontrados, en un caso por el triunfo, pero en los demás por las derrotas.
Se espera, en algunos casos, que quienes quedaron en segundo e inclusive en tercer lugar, y que aspiraron a la presidencia municipal, dejen sus espacios a sus suplentes, en un acto de dignidad y consideración hacia el equipo que los impulsó.
Lo curioso se ha visto en quienes quedaron en cuarto o quinto lugar y se aferran a una posición, pues comentan que, “de lo perdido, lo rescatado”, en una actitud de ambición absoluta.
Peor el caso de quienes obtuvieron ese derecho por ganar arriba del 3% de los votos (para ser sinceros solo entre el 4 y el 5%), y que por cuestiones de paridad, tendrán que dejar su lugar a la siguiente persona en su lista de la planilla, que para ser precisos debe ser una mujer, pues su ambición y deseo de ostentar el poder, se quedará solo en eso, dado que tendrán que ceder su espacio por mandato legal.
Tal es el caso en Mineral de la Reforma, a quien fuera el candidato de PODEMOS y que quedó en cuarto lugar con apenas 2,547 votos, dejando su espacio a quien fuere candidata a Síndico; además de Pachuca, en el que el candidato de Acción Nacional, con 4838 sufragios, de igual manera dejará su espacio para una mujer.
Algunos le llamarán mala suerte, otros una señal, para comprender que hay que cerrar temporalmente un ciclo y esperar mejores tiempos e ideas frescas, para buscar el camino que mejor les venga para lograr sus muy justos objetivos.
Quizá sea tiempo de comprender que los proyectos personales se deben de sacrificar por los proyectos en equipo y comprender que donde se siembra paz, se cosecha paz y en donde se siembran tormentas, solo se recogen tempestades.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
