Cuando era niño la época electoral hacía que las calles parecieran de carnaval. Miles de tiras con banderines multicolores colgaban sobre las avenidas junto con los rostros de sonrientes candidatos colocados en cada poste de luz y semáforo. Los volantes volaban por el suelo como confeti y las paredes se sumaban a la promoción con los colores de los partidos contendores.
Al crecer y comprender cuánto dinero colgaba sobre mi cabeza, las campañas ya no me parecieron festivas sino insultantes, más cuando veía la misma cantidad de dinero terminar rodando por las calles y acumulada en tiraderos de basura.
El COVID-19, como a muchas otras cosas, también afectó los procesos electorales que se realizan este año en Hidalgo y Coahuila. Aunque hubo varios llamados para que el INE pospusiera las elecciones y las empalmara con las agendadas para 2021, al final decidió ignorar la emergencia de salud y reanudar los comicios argumentando principalmente posible obstrucción a la democracia, aunque parece más urgencia por experimentar antes de las elecciones más grandes en mucho tiempo que se harán el próximo año.
Pero como dice tener gran preocupación por la integridad de la ciudadanía (aunque no tanta como para esperar mejores condiciones), la reanudación del proceso electoral se lleva a cabo con apego irrestricto a las medidas de prevención, especialmente lo harán durante la jornada de votaciones, dicen, aunque la realidad es que desde las campañas ignoran las más elementales restricciones como evitar reuniones multitudinarias o pasearse por calles de las ciudades saludando hasta de mano a los electores.
Autoridades electorales y de salud pidieron desde la reanudación del proceso enfocar los esfuerzos de candidatos en estrategias a distancia con el apoyo de redes sociales, y aunque en realidad la mayoría de los candidatos mantienen la vieja usanza de pararse frente a la gente para intentar convencerlos, algunos sí han aumentado su presencia digital, lo cual no solo debe ser obligado por la pandemia, sino por las condiciones actuales generales que dan un gran peso a la imagen vertida en plataformas virtuales.
Sin embargo, mucho del contenido cuya difusión ha incrementado los últimos días son campañas ataque entre aspirantes a las alcaldías, lo cual no representa ningún cambio con las viejas estrategias políticas de tiempos pasados. De hecho, la llamada guerra sucia puede beneficiarse de las redes al generar mayor respuesta por parte del electorado.
Jaron Lanier, quien abrió camino en las plataformas virtuales en Estados Unidos, en su libro Diez razones para borrar tus redes sociales de inmediato, menciona que las redes sociales pueden influir de manera determinante en procesos electorales al guiar la decisión de los votantes; además, señala que estas redes se benefician de reacciones negativas de las personas, del enojo que los hace interactuar en sus plataformas.
Al respecto, menciona cómo es que la campaña presidencial de Donald Trump fue mucho más efectiva que la de su contrincante Hillary Clinton, no porque haya gastado más dinero en ello, sino porque su discurso generaba más reacciones a partir del enojo acumulado en la ciudadanía que simpatizaba con sus propuestas agresivas y de confrontación.
Como dije antes, creo que el proceso de este año se apresuró, entre otras cosas, porque se ve como un ejercicio previo a los comicios de 2021, para cuando podrían mantenerse las condiciones de salud actuales, por lo que aprender y utilizar campañas a distancia será imprescindible para los aspirantes a cargos en ese proceso. Sin embargo, las condiciones que ofrecen las redes sociales y otras plataformas virtuales pueden motivar el aumento de la llamada guerra sucia, en detrimento de la presentación de propuestas y posicionamiento de perfiles basados en genuinas y bien construidas plataformas políticas.
Además, seguramente muchos aspirantes ocuparán la falta de experiencia en el terreno informático en procesos como los del próximo año para aprovechar lagunas legales que les permita, como siempre, jugar sucio para ganar elecciones. Ya lo veremos.
EL RELOJ MONUMENTAL
Este lunes hubo movilizaciones de mujeres en todo el país por el Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro. Pachuca no fue la excepción, donde un contingente de Marea Verde marchó por calles del centro y se concentró en la plaza del Reloj Monumental, símbolo inequívoco de la capital del estado e incluso de la entidad toda.
El monumento histórico terminó pintarrajeado con las consignas en favor del movimiento, lo cual es, también, un símbolo de que existen (o deberían existir) prioridades en este país y no son ni deben ser un conjunto de ladrillos con pintura encima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
