De acuerdo a su página, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH)  es un organismo público autónomo del Estado mexicano, es decir, no depende de ninguna otra autoridad. Su misión es la defensa, promoción, estudio y divulgación de los derechos humanos reconocidos en la Constitución Mexicana, los tratados internacionales y las leyes.

La CNDH tiene por objeto esencial la protección de los derechos humanos, además, lleva a cabo otras actividades como las de observancia, promoción, estudio y divulgación de los derechos humanos.

Y aunque por escrito suena bien, la realidad es distinta, la mayoría de casos, quejas y denuncias presentadas antes el organismo suelen tardar años en tomarse en serio  si es que bien te va y si no, bueno, tu expediente será archivado en sus inmensos archivos.

Hace casi una semana, el 3 de septiembre, Marcela Alemán, madre de una niña violada en 2017 y cuyos agresores aún no han sido detenidos, y más mujeres feministas y activistas pasaron la noche en la sala de juntas de la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en exigencia de justicia.

La mujer salió al balcón del edificio ubicado en la calle de Cuba, en el Centro Histórico, y ondeó la bandera de la CNDH, mientras otra mujer hacía lo mismo con la bandera de México. Así Marcela se amarró a una silla como protesta por la ineficiencia de la institución.

Familiares de personas víctimas de desapariciones, abusos y feminicidios protestaron en la CNDH para que las autoridades le pongan fin a la burocracia y respondan por los crímenes que han quedado impunes. Esta manifestación llevó a la toma de las instalaciones de la Comisión y la exhibición del consumo de carnes gourmet en la Comisión.

Y es que en la toma de las instalaciones, las madres de familia junto con un grupo de mujeres feministas denunciaron que en la CNDH cuenta con dinero para la compra de cortes finos, mientras que para las familias que pelean por justicia no hay presupuesto.

“A nosotras nos dan 300 pesos cada que se acuerdan, para ayudar con nuestro pasaje (&) Con lo que cuesta su carne, come mi hija un día, a cuántas familias de víctimas podríamos ayudar a comer con todo esto”, expuso una de las manifestantes.

Además de ello realizaron pintas en muros y cuadros que servirán para subastar y así obtener recursos para los familiares de las víctimas. Los cuadros presentan pintas en colores rojo, morado y negro.

Durante la jornada, además de los cuadros de personajes históricos sobre los que pintaron, fueron arrancadas placas de la CNDH, como una donde se habla de los derechos de los hombres, en reclamo a que se invisibilice a las mujeres, y encendieron varios fuegos en los que quemaron papeles y páginas de un libro de López Obrador.

Yesenia Zamudio, madre de una víctima de feminicidio, sostuvo que tomaron las instalaciones de la CNDH en el Centro Histórico por el hartazgo que viven al haber acudido a todas las instancias oficiales y no haber recibido justicia por feminicidios y violencia que padecen en las calles. Criticó al presidente López Obrador por inconformarse ante la intervención realizada a un cuadro de Francisco I. Madero; y reiteró que no entregarán las instalaciones.

La hija de Erika Martínez tenía 7 años cuando el hermano de su padrastro abusó sexualmente de ella. Vivían todos en la misma casa, así que tras la denuncia, ellas además se quedaron sin vivienda. Tres años han pasado y no hay justicia, el presunto agresor sigue libre y Erika y su hija no tienen dónde vivir. Por eso, ahora dice que se quedará en el edificio de la CNDH del Centro Histórico, tomado desde el viernes por colectivos de víctimas y feministas, que aseguran que ya no lo devolverán porque se va a convertir en un refugio.  Retiraron el nombre del organismo nacional y colocaron una manta donde se informa que ahora ese inmueble será la “Casa de Refugio Ni Una Menos México”.

María Isela Valdez se volvió noticia nacional cuando se arrodilló ante López Obrador en Palacio Nacional para pedirle justicia en el caso de su hijo Roberto Quiroa, desaparecido en Tamaulipas en 2014, y tras lo cual le prometió “te lo voy a entregar”, según cuenta. Ha pasado más de un año desde esa única vez en que familiares de desaparecidos pudieron reunirse directamente con el presidente, que estuvo llena de reclamos y en la que les prometió que cada tres meses revisarían sus casos, pero nada de eso ha pasado.

Ella junto con otras mujeres que encabezan la toma de instalaciones de la CNDH en el Centro Histórico, pidieron la renuncia de Piedra Ibarra: “que tenga tantita dignidad y que mejor se vaya, ya lo que ya se robó, ya que se lo quede, pero ya que se largue”, dijo fuera de la sede según el diario Reforma.

Por lo pronto, la manifestación en la Comisión continúa, mientras se llama al apoyo de la sociedad para las familias de personas víctimas de desapariciones, abusos o feminicidios.

ACLARACIÓN                                           
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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