La historia de Kathleen Krüger comienza en los lugares comunes del futbol. De niña fue aficionada entregada al Bayern de Múnich, junto con su padre y hermano asistían a los partidos del gigante alemán; pasados los años y tras desarrollar las habilidades requeridas para la profesión, logró (a los 18) entrar en las reservas del equipo femenil del club de sus amores.
Krüger se desempeñó como mediocampista, daba igual dónde la pusieran, podía jugar de pivote, interior o enganche. A pesar de su calidad, la alemana solo disputó 34 encuentros con el primer equipo femenil, pues decidió colgar los botines con tan solo 24 años.
En una entrevista para la página oficial del Bayern, la actual Team Manager mencionó que el principal motivo por el que decidió dejar el futbol fueron las duras condiciones con las que tenía que desempeñar su trabajo, mismas que persisten al día de hoy.
Todo el mundo sabe que desarrollar una carrera futbolística es complicado, pero de llegar a la primera división de tu país, puedes acceder a cierta seguridad económica, por lo menos ese es el caso de los hombres. Para una mujer, el dedicarse al futbol profesional requiere un sacrificio perpetuo, no importa qué tan buena sea ni qué tan asentada esté en la liga de su país.
Para Kathleen Krüger la cosa estaba clara, ser futbolista era mucho esfuerzo por muy poco dinero. Todas sus compañeras además de desarrollarse en el club, trabajaban o estudiaban. Las cuentas no cuadraban.
Tras su retiro decidió cursar la carrera de Gestión Internacional, y tan solo seis meses después de comenzar sus estudios, llegó su oportunidad dorada. Uli Hoeness, ex presidente del club bávaro, alentó a una joven Kathleen presentar su solicitud para ser la asistente de Christian Nerlinger, quien acababa de ser contratado como Director Deportivo.
Tres años como asistente le bastaron a la alemana para que en el 2012 Matthias Sammer, el nuevo Director Deportivo (Nerlinger había dejado el cargo poco antes de terminar la campaña), le ofreciera el puesto de Team Manager, lo que representó un cuantioso salto dentro del organigrama del club.
Así fue como Kathleen Krüger se convirtió en “la mujer de la silla”; que, trasladándolo al cine de espías, es algo así como la persona que orienta a James Bond y le dice quiénes son los malos, cuál es el camino más efectivo y básicamente evita que muera.
Como Team Manager ha coincidido con Pep Guardiola, Carlo Anccelotti, Nico Kovac y en dos ocasiones con Jupp Heynckes. Además de con el actual entrenador, Hans Flick. Todos han tenido palabras de admiración para ella.
Krüger es la encargada de la logística del primer equipo, de las concentraciones, de las necesidades y estado de los jugadores y requerimientos que puedan tener staff y cuerpo técnico. Desde la publicidad hasta los vestuarios, Kathleen está enterada de todo.
En México la única figura que se le asemeja es Nelly Simón, la ex periodista de ESPN y que ahora se desarrolla como gerente general de Chivas Femenil, lo que nos habla que dar el salto a puestos directivos no es tan fácil para las mujeres que están involucradas en el deporte.
Otro caso similar es el de Alejandra de la Vega, quien es dueña de los Bravos de Ciudad Juárez, pero en este caso cuenta con Guillermo Cantú para llevar el lado deportivo.
La relevancia de Kathleen Krüger ha sido tal, que el actual director técnico del Bayern ha declarado que la buena forma del equipo tras la vuelta del parón deportivo se debe en gran medida al trabajo de la Team Manager, pues fue ella quien estuvo en constante comunicación con los jugadores para monitorear su alimentación y su constancia dentro del programa de entrenamiento que a cada uno le había sido asignado.
Figuras como las de Kathleen Krüger tienen que ser destacadas, porque son ellas quienes van cambiando el discurso y las posibilidades que puede tener una mujer dentro de un deporte que, a nivel directivo, siempre ha estado dominado por varones.
¡Hasta la próxima!
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
