Hoy quiero compartir con ustedes una carta que escribí para mis alumnos, hace varios meses que no los veo físicamente, y no sé cuándo lo haré, pero considero que esto que les digo es una perspectiva que pretendo contagiar a quienes se encuentran en casa, bajo el yugo de la incertidumbre y el miedo.
Tenemos un panorama excelente, seguimos vivos, en estos últimos meses nos ha tocado ver, perdida, muerte, tristeza, miedo e incertidumbre, en estos meses hemos tenido la oportunidad de cambiar nuestros hábitos, de cuestionarnos nuestro camino, hemos pasado suficientes horas en casa, como para saber y entender, que sí es importante, que es vital para seguir con vida, y que es solo un lujo, ahora comprendemos que perdíamos el tiempo, el dinero y la felicidad en falsedades.
Estamos aprendiendo que no se requiere tener a las personas durante ocho horas, cinco o seis días a la semana, para hacer un buen trabajo, que igual sabe una persona con ropa deportiva, o en fachas que una con traje sastre, que existen diferentes hábitos de comida y sueño, que hay personas nocturnas, personas desveladas o madrugadoras, que se puede trabajar mientras se hace ejercicio, mientras se come, mientras se escucha música, que cada persona tiene su propio ritmo.
Estamos valorando y extrañando a aquellas personas que son importantes para nosotros, muchos se han dado cuenta que aquellos con los que están pasando su vida no son la mejor opción, otros por el contrario descubrieron que les debían tiempo de calidad a sus familias.
Hoy nosotros formamos parte del futuro, de un nuevo comienzo, y la vida tomará el rumbo que queramos darle, somos la generación del cambio, aquellos que realizaron un alto obligado en su camino para replantearse sus prioridades, para aprender de nuevo a ser humanos, somos la generación que combina la tecnología con la parte humana, que utiliza los medios electrónicos para comunicarse, que tiene que aprender a investigar y ser autodidacta, pero que también tiene que trabajar en si mismo, aquella con un significado diferente de la palabra globalización, hoy sabemos que somos una sola especie, independientemente de las fronteras, del color o la raza.
Algunos tienen miedo, ese miedo que causa la incertidumbre, y cuya lección es solamente entender que nada es seguro, que las cosas cambian en un instante, que esa falta de seguridad es lo que se requiere para disfrutar el momento que se vive, para aprender de él, para ser más resistente, y adaptarse.
Como docente hoy es la oportunidad de buscar nuevas formas de enseñanza, aquellas basadas en el aprendizaje significativo, en el aprendizaje de la vida, hoy mi prioridad es que sean seres humanos funcionales, creativos y críticos, es momento de ser resilientes, de entender que esto es vivir, esto es la vida.
Así es, la vida es cambio constante y debemos adaptarnos, entender que lo único que tenemos seguro es el presente, y el presente para mí es un nuevo reto, buscar en ustedes el hambre del aprendizaje, de la investigación, hoy no tienen límite de cuatro paredes, de mis carencias como docente, de mis limitaciones en la enseñanza, hoy el mundo es suyo, la información esta ahí para ustedes, aprovéchenla, seamos responsables de nosotros mismos, de nuestro cuidado, cambiemos viejas costumbres y hábitos, seamos responsables de nuestro conocimiento, de nuestra salud y de nuestro entorno, seamos responsables de nuestra felicidad.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
