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La felicidad es una forma de navegar, por esta vida que es la mar”
Gualberto Castro
Se ha puesto de moda hablar de la felicidad, pues ante la desgracia económica que vivimos y la incapacidad gubernamental para enfrentar las crisis, a lo largo de la historia del país, que este año escribirá uno de los capítulos más amargos en los últimos 90, se nos pide evadir temas y conceptos como el Producto Interno Bruto (PIB) y acudir a ideas como el bienestar y compañía.
¿Qué es la felicidad? Si acudes a diccionarios, filósofos, médicos, sicólogos y especialistas, inclusive en la siquiatría, encontraras muy diversas acepciones; desde un estado de ánimo, hasta una emoción, pasando por una previa satisfacción, al final, observarás que es un término subjetivo e inclusive relativo.
Quienes gozan de una salud mental estable, aspiran a tener diversos satisfactores que les lleven a un estado de plenitud o en su caso, a una estadía de tranquilidad y estabilidad.
Para unos, los satisfactores serán la empatía, la amistad, el amor, la familia, la salud, la paz, la armonía, etcétera; no obstante, pocos podrán separarlas, del factor económico, pues para cumplir las anteriores, mucho ayuda la tranquilidad de contar con un patrimonio, suficiente y bastante, para no vivir en la incertidumbre del mañana.
El Presidente Andrés Manuel fue duramente criticado, cuando invitó, apenas hace unos días, cuando México ingresó al top 10, de decesos por la pandemia, a que los mexicanos cuidáramos nuestro estado emocional y buscáramos la felicidad.
Contrario a lo que muchos piensan, un servidor avala y refuerza esta idea, pues hoy más que nunca, ante la ineficacia del “especialista” López Gatell, que desde marzo lleva dando información que nunca ha coincidido, no podemos darnos el lujo de permitir que nuestras emociones se tornen negativas, a pesar de la aguda crisis que vivimos.
Ahora bien, si el Presidente desea que reforcemos nuestro estado emocional, debe de realizar acciones precisas, urgentes y ejecutivas INMEDIATAS, pues su letargo y desconocimiento de las reglas de la economía, así como su intención por minimizar la grave crisis (muy al estilo de Donald Trump), está dejando a todos los mexicanos, en la peor situación de quienes día a día luchamos por el sustento.
BBVA, mejor conocido como Bancomer, informó apenas en la semana, que cuando menos 600 mil empresas han detenido su actividad y con ello han dejado de percibir todo tipo de ingreso, peor aún, sin saber sí volverán a la actividad o desaparecer, y obvio con trabajadores sin ingreso alguno.
Sumemos a lo anterior, que tanto organismos públicos, como privados, nacionales, como internacionales, han declarado que el PIB, aunque Andrés Manuel prefiera hablar de felicidad, caerá cuando menos 10% (por cada punto de caída se prevé la pérdida de 200 mil empleos), sumado a que el año pasado nuestro crecimiento fue cero, tendremos 25 meses de gobierno, al inicio del 2021, con el crecimiento de la pobreza extrema.
De lo anterior da cuenta el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE) de la Universidad Iberoamericana, quienes aseguran que al finalizar el 2020, habrán alrededor de 95 millones de pobres en México, y apoyo social (entregas de dinero gratuito) por parte del gobierno federal, solo para 8 millones de ellos.
La felicidad a que se refiere el Presidente, ya no estará siendo la mejor manera de medir el bienestar de los mexicanos, pues tan sólo Arias Consultores, en su encuesta de mayo, midiendo factores económicos y sumando conceptos de “felicidad y bienestar”, dan cuenta que sólo el 39.8% de los mexicanos gozan de “bienestar” y más del 43.3% viven en angustia y preocupación por su economía, salud, seguridad y educación.
Si Andrés Manuel no se allega de especialistas (a quienes ha despreciado, llamándoles tecnócratas, conservadores y/o fifís), en la materia económica y “se da la oportunidad de escucharlos”, estará condenando a México, por su necedad, a la muerte económica y a la infelicidad total.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
