Hace unos días escuche una frase que me encanto, decía más o menos así: la felicidad es la adecuada distribución de las responsabilidades, por supuesto para poder entenderlo debemos tener la capacidad de concebir que es y que no es nuestra responsabilidad, pero va más allá de lo que creemos nos compete hacer.

Cada uno de nosotros viene con una carga emocional previa, soy así porque traigo tal o cual herida, y muchas veces no tengo la capacidad ni el valor de reconocerlo, entonces hago que la gente que me rodea, los que amo, sufran las consecuencias de mis asuntos no atendidos, de manera consciente algunas veces, pero la mayor parte de ocasiones incluso sin que yo me dé cuenta, y entonces pongo a sufrir daños colaterales de algo con lo que yo solamente puedo trabajar y evolucionar.

Tal vez la respuesta es entender la vida como un lienzo en blanco en el que voy a pintar, y yo quiero que mi vida sea hermosa, entonces entiendo mi responsabilidad conmigo mismo y dejo de retrasar o rellenar espacios nada más por que sí, algunos independientemente de la edad que tengan, aún no empiezan a pintar su lienzo, están trabajando para la pintura de alguien más, formando solo parte como espectadores, o de plano se han perdido la oportunidad de crear su propia vida.

La expresión de las emociones y sentimientos en lo plasmado ayudará a que los demás nos entiendan y nos ayuden a fortalecer nuestras carencias, a lidiar con nuestros demonios, pero ojo, no es su responsabilidad, no podemos dejar todo nuestro peso sobre ellos, esto es asunto personal.

En este momento estamos con la oportunidad de realizar nuestra mejor obra de arte, nuestra vida, si no nos gusta lo que ya pintamos, pues a corregir el dibujo, si no hemos empezado recordemos que el tiempo se va volando.

La principal responsabilidad que tenemos es con nosotros mismos, y posteriormente con aquellos que por elección hemos decidido cuidar o guiar.

Dejemos de comprarnos problemas ajenos, no saben la cantidad de ocasiones que escucho pretextos para no hacer las cosas que se deben hacer, y no hablo de obligaciones morales, sino de lo que se debe de hacer para estar bien, cortar esa relación, dejar ese trabajo, dejar esas amistades, empezar de nuevo, etcétera, primero aprendamos a distinguir que nos compete a nosotros y cual es problema de los otros, no estamos para resolverle la vida a los demás, porque además ni podemos, solo alargaremos su falta de aprendizaje.

Una vez teniendo claro que nos hace feliz, que nos llena, que nos permite crecer y evolucionar, entonces es el momento para empezar a pintar, del color que queramos, con las formas y emociones que a nosotros nos llenan.

A pintar se ha dicho que cualquier cosa que plasmas a la única persona que le tiene que gustar es a ti.

ACLARACIÓN                       
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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