Día a día la vida es una sorpresa, desde el clima, hasta la comida, una noticia, un hecho inesperado, cada minuto es una prueba más de que el por siempre no existe y el nunca no se cumple del todo, un desconocido te puede dar los mejores detalles, personas que quieres te pueden traicionar, aquellos que siempre estarían se han ido y quienes solo eran de paso se quedan mucho tiempo.

En ocasiones damos pasos con la seguridad que nos brinda el cumplir con la estructura de crianza, con nuestra moralidad y buenos principios, y nos es muy difícil entender porque las cosas no resultan bien.

Y es que por esta razón en muchos casos consideramos que la vida es injusta, que les va bien a quien de acuerdo a nuestro juicio no han actuado de manera correcta, y muchos otros pareciera que están en constante lucha por sobrevivir a pesar de ser personas de bien.

Mucho peor es cuando nuestros deseos, incongruentemente son opuestos a nuestra sensatez, y entonces buscamos respuestas hasta por debajo de las piedras, justificamos, castigamos, calificamos y no logramos conseguir que todas aquellas cosas que instintivamente nos satisfacen, que nos hacen vibrar, impliquen la reestructuración y ajuste en nuestras prioridades, impliquen replantearse los códigos de conducta.

Entonces ante esa lucha interna descubres que a veces es necesario tirar la casa para fortalecer los cimientos, que en ocasiones no basta con darle una maquillada a la situación, se tiene que destruir por completo para resurgir de las cenizas, como algo más coherente, como una mejor versión de ti.

Una cuestión maravillosa es cuando descubres que, como tú, muchas personas están viviendo de manera simultanea los mismos procesos, que por eso existen canciones, poemas, textos que pareciera están describiendo tu vida, que muchos de tus pasos ya fueron recorridos por otros, que algunos tuvieron el valor de ser ellos mismos enfrentándose a todo, que muchos otros no lo hicieron y que al final cada uno pago las consecuencias de su decisiones.

El tiempo parece ser eterno cuando se esta en medio de la tormenta, cuando cuesta trabajo respirar, cuando el dolor es la única prueba de tu existencia, la satisfacción no llega, y domina la incertidumbre y la contradicción, el único brillo en el túnel es y siempre será la esperanza de lograrlo, la posibilidad de ser, la oportunidad de buscar y descubrirse.

Vivir por vivir, conformándose es no aprender la lección.

ACLARACIÓN              
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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