“Para todos los que no tienen habilidades, encontraremos una manera de ayudarles a adquirir nuevas habilidades. Para los que no tienen oportunidades de trabajo, estimularemos nuevas oportunidades, en particular en el centro de las ciudades donde viven. Para aquellos que han abandonado la esperanza, la restauraremos y les daremos la bienvenida a una gran cruzada nacional para hacer a Estados Unidos ¡grande de nuevo!”

Estas palabras parecieran recientes. Podría pensarse que es un párrafo extraído de alguna típica proclama pronunciada por Donald Trump. Pero no es así. Eso, es un fragmento de un discurso emitido por Ronald Reagan hace casi cuarenta años.

Fue en Detroit, el 14 de julio de 1980, cuando el Partido Republicano de Estados Unidos, nombró como candidato a la elección presidencial de ese país a Ronald Reagan, quien cimentó su campaña en el eslogan “Let´s make America great again” (Hagamos que Estados Unidos vuelva a ser grande). Esa fue la primera vez que se usó esa figura retórica (Make America great again), usada además por el demócrata Bill Clinton y más recientemente por Donald Trump, como lema de su primera campaña presidencial.

Ese fragmento del discurso de Reagan, se incluye en la película El vicio del poder (Vice), estrenada en el 2018. Dirigida por Adam McKay, protagonizada por Christian Bale, quien personifica a Dick Cheney, el otrora hombre más poderoso del mundo.

Las elecciones presidenciales del vecino país del norte se aproximan. EL 3 de noviembre de este año el demócrata Joe Biden se enfrentará en las urnas al Presidente Trump. Cualquiera que sea el resultado incide en lo que suceda en México y en el resto del mundo.

La película Vice, hoy, se convierte en un gran documento cinematográfico, no es un documental, es una ficción en principio biográfica, en la que su director y guionista Adam McKay, nos muestra a un personaje en la carrera hacia el poder y encumbramiento político.

Esta historia rompe con los paradigmas hollywoodenses para el relato fílmico de una biografía. Su guion es una obra maestra de la cinematografía contemporánea. La actuación de Christian Bale como Dick Cheney es de antología. Es una película perfecta.

Pero esto fue más allá, el filme reveló el desmedido poder que acumuló el Vicepresidente de Estados Unidos en el mandado de George W. Bush. Además, nos muestra cómo funciona el aparato político en el más alto nivel de los Estados Unidos.

Con Trump o con Biden, la realidad no dista mucho de la que se plantea en Vice, con el Vicepresidente Cheney y su amplia red de dominio gubernamental. Esa, es la película que mejor describe el escenario del manejo de una maquinaria imperial.

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