Mientras varios funcionarios disfrutaban de un descanso prolongado bajo el pretexto de guardar una forzosa cuarentena para protegerse del coronavirus, cientos de pobladores de Nicolás Flores pedían ayuda ante un incendio que devastó sus comunidades y siniestró el bosque que habitan.

En plena pandemia, surgió la solidaridad de los municipios de la Sierra Gorda cuyos pobladores no dudaron en formar brigadas, reunir víveres, para apoyar a sus vecinos de Nicolás Flores que atraviesan una desgracia.

La tarde del domingo circularon videos en redes sociales que daban cuenta de la altura y densidad de la columna de humo, la potencia de las llamas, casas en medio del fuego, y difundían la urgente petición de auxilio.

Fueron los rescatistas de municipios aledaños y ciudadanos organizados los primeros en arribar para contener las llamas que afectaron, de acuerdo con el alcalde de Nicolás Flores, Nicolás González Elizalde, a Las Pilas, Segundo Pilas, El Zoyatal, Puerto de Piedra y Las Milpas. Hasta el momento, no se ha contabilizado el número total de casas dañadas.

Sin embargo, esos funcionarios hicieron falta para coordinar el desalojo ordenado de mil 400 personas de estas cinco comunidades. 
 
Por ejemplo, los contingentes de la comunidad de El Aguacate fueron interceptados por personal de Seguridad Pública de Nicolás Flores y Guardia Nacional para bajar a la gente de las camionetas, según señaló el presidente municipal de Jacala, Manuel Rivera Pabello.

Lejos de protagonismos, lo importante es salvaguardar la vida de los vecinos de Nicolás Flores, sin fobias o colores partidistas. 

“Mucha gente fue evacuada por sus propias familias, trasladándolos a la ciudad de Zimapán, a comunidades vecinas y aledañas, lejos del peligro”, dijo el presidente municipal Nicolás González Elizalde.

Además de los rescatistas y bomberos de ayuntamientos aledaños que acudieron para prestar su apoyo, ciudadanos formaron brigadas con machetes y azadones con la finalidad de evitar que el fuego se propagara a Carrizal, Mesa Cebada y Refugio.

Cardonal instaló un centro de acopio de víveres en la plaza Jesús Zenil para recibir agua embotellada, productos enlatados, cobijas, pañales y papel higiénico con tal de apoyar a las familias desalojadas.

Zimapán recibe comida, pan, café y atole en el auditorio de la comunidad de Trancas para las brigadas que combaten el fuego y apoyar a las comunidades afectadas.

Chapulhuacán mandó elementos de Protección Civil, Seguridad Pública y una ambulancia de traslados, además de que instaló centros de acopio en Santa Ana de Allende y en el kiosco de la cabecera municipal donde reciben agua, alimentos enlatados y artículos de aseo personal.  Faltó una reacción similar desde la capital.

En los momentos más adversos, siempre sale a flote lo mejor que tenemos como personas, solidaridad y empatía, ojalá así fuera siempre.

ACLARACIÓN
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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