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Con admiración, cariño y respeto al personal de salud”

Hoy las redes sociales y los medios electrónicos nos comunican en segundos con cualquier parte del mundo.

Una prima que vive, desde hace más de 15 años, en New Orleans, Estados Unidos, me comentaba con orgullo y pasión, como las autoridades rentaron hoteles cercanos a los hospitales, para que médicos, enfermeras, camilleros y el personal que cuida de enfermos con COVID 19, estuvieren con las mayores comodidades posibles.

No es para menos, pues arriesgan a diario su salud e inclusive su vida, por cuidar y atender a enfermos, de un virus para el cual aún no hay vacuna.

En España, Francia, Estados Unidos, China, entre otros cientos de países, se les rinde tributo, con aplausos, con luces, espectaculares y cualquier forma, por la cual se logre hacer público el reconocimiento de la población.

Un servidor es hijo y hermano de médicos, y a pesar de haber estudiado leyes, mi relación con tan noble actividad, siempre ha sido cercana, al grado de haber sido abogado del Colegio Médico Hidalguense, que aglutina a más de 1,500 galenos, e inclusive padrino de la recién egresada generación de enfermeras de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.

Desde casa y fuera de esta, siempre he visto la entrega desinteresada de quienes apoyan en el cuidado y tratamiento de las enfermedades; personas que se desvelan por horas y horas, en lugares fríos como los son los hospitales y centros de salud; todo para que el resto, gocemos de la paz que conlleva estar sanos.

México es un país como pocos, pues ya hemos expuesto sus riquezas naturales, sus amplías costas, bellezas inigualables y en muchas ocasiones he presumido la solidaridad de su gente.

Hoy, está sucediendo algo verdaderamente increíble, pues resulta que gente sin el mínimo de educación, conocimiento e integridad moral, ha iniciado una ola de actos violentos y atentatorios en contra del personal que colabora en hospitales.

No son uno o dos casos, sino muchos, en que han golpeado a enfermeras, camilleros, o médicos; en Oaxaca, por citar un ejemplo, el funcionario del Gobierno Federal Daniel “N”, jefe de la subdirección sanitaria, escupió y tosió en la cara del personal de una clínica del ISSSTE, por no haber sido atendido antes que el resto de los pacientes que ya aguardaban su turno.

En Jalisco, San Luis Potosí, Yucatán, Campeche, Baja California, han ocurrido atentados, que van desde rociar de cloro a una persona, como fracturar los dedos de una enfermera.

Con gritos e insultos, corrieron a una enfermera y su familia, de una comunidad de Nayarit; imaginemos por un momento, que el personal de salud, que en distintas entidades y con toda justicia se ha quejado de falta de insumos, para el tratamiento de enfermos y su propia seguridad, dejaran clínicas y hospitales& México moriría.

Así que, por favor apoya para difundir un mensaje de respeto al personal que cuida de todos, y exijamos a los ignorantes, que callen y que ojalá no enfermen, por que quien siembra odio, cosecha muerte.     

Ya el Subsecretario de Salud, Hugo López Gattel, reconoció ante el periódico The Economist, que el gobierno federal erró al no considerar de manera adecuada y oportuna, contar con todos los insumos para combatir la pandemia (Haber vendido a China millones de cubre bocas, para dos meses después comprarlos a mayor costo al mismo país y no haber permitido la entrada de pruebas rápidas a México para la temprana detección de enfermos); no erremos los ciudadanos maltratando a quien da su vida por nosotros.

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

ACLARACIÓN  
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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