A pesar de que cada uno tenemos diferentes maneras de reaccionar ante situaciones de peligro, es muy común que nos dejemos llevar por el efecto del instinto animal, que nos dejemos envolver por sensaciones de miedo, ansiedad e incluso en algunas ocasiones actuamos sin entender bien el porqué de nuestro comportamiento.
La incertidumbre es en muchas maneras el principal generador de ansiedad y es que en el momento que estamos viviendo nuestros pensamientos se encuentran dominados por una multitud de factores, pocos de ellos son certezas y también pocos son esperanzadores, una ola de preguntas invaden nuestro cerebro, desde la preocupación por la salud, por el bienestar de nuestros seres queridos, por la economía, por las consecuencias laborales que van desde el atraso y sobrecarga hasta la quiebra, existen preocupaciones por dejar de ver a esas personas que tanto nos importan, por la convivencia familiar, por las deudas y pagos, por el futuro.
Hace unos días les pregunte a mis conocidos si creían que algo cambiaría con esta situación, si la humanidad por fin aprendería las lecciones que nos golpean como viento en la cara, si por fin le daríamos importancia a lo que realmente la tiene, si aprenderíamos de respeto, de valores, de solidaridad, si empezaríamos a entender que estamos unidos, si quitaríamos poder al dinero, si dejaríamos la ambición y haríamos un alto en el camino para vivir, la respuesta de todos fue la misma, nadie cree que el cambio ocurra al menos de manera significativa, entonces llegó la desilusión, sé que yo al menos debo de cambiar, y que intentare que quienes me rodeen también lo hagan, que puedan entender un poco del mensaje que estamos recibiendo.
Independientemente del motivo que origina nuestra situación actual, sea cierto o falso el ataque masivo de información, sea político, económico, selección natural, sea lo que sea, el alto en el camino nos fue impuesto, y en este tiempo debemos observar, que el mundo mejora sin nosotros, que la contaminación disminuye, que en ocasiones desperdiciamos nuestra energía en personas o situaciones a las que no importamos, que nuestras familias nos necesitan, que somos pieza importante para un todo, este alto es una oportunidad, de concienciarse, de replantear metas, formar hábitos, de utilizar la tecnología con responsabilidad, de medirse en el abuso y consumo de todo, de aprender a plantearse metas a corto plazo, de cuidar nuestros pensamientos, de buscar la salud mental, cuidar la higiene, la dieta, la actividad física, en pocas palabras esta es la oportunidad sin pretexto de tiempo para cambiar nuestras vidas a lo que siempre debimos ser.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
