Pues sí, el mundo atraviesa por una crisis de salud pública. El coronavirus (COVID-19) se ha extendido a todas las latitudes del orbe. La mayoría de la información que circula respecto a esto, es su mayoría sensacionalista y alarmista. Es difícil encontrar información útil.
Ya en este mismo espacio, a finales de enero, publiqué la columna titulada: Epidemias, pandemias y ánimo catastrófico; donde abordé títulos de algunas películas que han tratado el tema. Esto lo escribí ante la latente amenaza que ya representaba para el mundo el COVID-19.
En ese momento la Organización Mundial de la Salud (OMS), no declaraba alerta en el mundo ante la amenaza de propagación de este virus. Aquí, en occidente veíamos imágenes de Wuhan, ciudad china que en principio vivió el terror causado por esta enfermedad, lo observamos como algo ajeno.
Las películas que abordan el tema de epidemias o pandemias, han causado furor en las plataformas de streaming donde se encuentran disponibles. Tal es el caso de Contagio (Contagion), cinta dirigida por Steven Soderberg, estrenada en el 2011. Con un planteamiento absolutamente apocalíptico en su argumento, esta historia nos habla de un virus que aparece en Hong Kong.
Quizá sea momento de dejar de lado estas películas catastróficas, que poco ayudan en el ánimo colectivo. Ya es suficiente con la información de medios tradicionales y alternativos, misma que muchas veces se convierte en desinformación. Créanme que ver en estos momentos títulos como Virus (The Flu), una película surcoreana del 2013, que plantea el inicio de una pandemia, solo nos conducirá al miedo.
Ya en la industria del cine se comienza a resentir los estragos de la pandemia. Aquí en México, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara, anunció su postergación indefinida. En Europa y Estados Unidos, también se han cancelado y postergado varios festivales.
Antes de entrar en un ánimo catastrófico, nosotros, los ciudadanos, debemos de tratar de mantener la calma ante los hechos. Ver imágenes de cientos de personas en tiendas acaparando productos como papel higiénico, gel antibacterial y cubrebocas, resulta estridente.
Si en algún momento cierran los cines y demás espacios públicos de esparcimiento, entendámoslo como una medida de prevención y cuidado. No perdamos de vista los hábitos de higiene. Dejemos de ver contenidos audiovisuales que conduzcan al pánico y por ende a tomar acciones y medidas dignas de un guion de película apocalíptica.
La cancelación y postergación de acontecimientos masivos como lo son los festivales de cine, eventos deportivos, conciertos, etc., ocasionarán perdidas millonarias, pero así se salvarán millones de vidas.
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.
