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Cada vez que ha ocurrido un acontecimiento que causa grave malestar en la sociedad mexicana, siempre aparece un extraño o simpático distractor; sin embargo, pareciera que esta ocasión, nada opaca la lamentable noticia de los feminicidios.

Haciendo un recuento rápido, quizá inclusive simplista, de los acontecimientos que han causado polémica, podríamos citar, la falta de generación de empleos, en la misma proporción que se venían ofertando de manera periódica, la gravísima falta de un sistema de seguridad social, previamente planificado, la falta de medicamentos para enfermedades graves, la inseguridad con el mayor número de muertes en México, desde la Revolución Mexicana, destacando más de 1000 feminicidios en poco más de un año del actual gobierno federal.

Sumemos la liberación de Oziel “El Chapito” Cárdenas, los casos de corrupción de Barlett, adjudicaciones directas en más del 70% de las adquisiciones gubernativas, la pérdida de tramos carreteros, en donde se paga cuota a criminales o se sufren vejaciones, violaciones e inclusive la muerte; con una recesión económica causada por decisiones internas y no por una crisis internacional.

Así como la destrucción de instituciones, y la falta de transparencia en la elección de ministros de la Suprema Corte de Justicia y la terrible presión mediática en contra del poder judicial, un Congreso de la Unión que ha tomado decisiones polémicas y poco claras, tan sólo por citar un ejemplo, la elección de la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos; ante todo esto, vemos un México muy lejano a lo que se nos prometió en campaña.

A pesar de lo narrado, todo se había normalizado, pues siempre había algún distractor, que hacía que la opinión pública volcara sus comentarios a cuestiones que lejos de ser relevantes, originaban la polémica suficiente para olvidarnos de los miles de millones de pesos que han implicado decisiones controversiales como el endeudamiento para dejar un aeropuerto con un avance importante y construir otro que, según los expertos de la aeronáutica, en pocos años no servirá de mucho.

Rifas engañosas del avión presidencial, que “se rifa, pero no se rifa”, reclamos por la conquista de hace 500 años, el caso Rosario Robles, la detención del abogado Juan Collado, el señalamiento de Santiago Nieto (sin juicio previo) de culpables y congelamiento de cuentas bancarias, la re apertura de casos como Ayotzinapa, aunque los resultados sean nulos, todos habían servido para que la gente se olvidara de enfermos, pobres, corruptelas, graves errores, terrorismo fiscal, homicidios como el de los infantes Lebaron.

Pero la muerte de la pequeña de 7 años, Fátima “N”, caló en lo más hondo de las familias mexicanas, por fin, quienes tanto criticaron a las feministas que pintaron monumentos históricos, entendieron que en ocasiones y ante la desesperación de sufrir las muertes, desapariciones, vejaciones, violaciones y explotación sexual de las mujeres, debe tener cuanto antes acciones para respetar a las mujeres.

Hoy, ni la detención de Lozoya, la probable incriminación de Peña Nieto, ni las promesas de ayudar a quienes más lo necesitan con carreteras y programas sociales, nada evita que la sociedad de México, ahogue el dolor y la indignación de la gota que ha derramado el vaso.

El próximo 9 de marzo, grupos de mujeres organizadas, llaman a un paro nacional, que esperemos, antes y después, traiga no solo conciencia social, sino acciones efectivas e inmediatas en escuelas, trabajos, instituciones sociales, y nos abra los ojos, para que, no solo el gobierno, sino los ciudadanos, seamos parte de una solución compleja y aún lejana, para lograr el respeto a los derechos de mujeres, niños, discapacitados y adultos mayores.

Por ahora, la rifa en la que todos queremos comprar un “cachito”, es la de la seguridad nacional, pues el hartazgo ante la ineficacia de una política pública ejecutiva y de resultados, ha cansado a los mexicanos; por lo que, ni echarle la culpa al neoliberalismo, justifica la inefectividad de la administración pública en este tema.

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

ACLARACIÓN
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo.

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