A diferencia de la Navidad, hay muy pocas películas dedicadas a la celebración del Año Nuevo. La más memorable para mí es una producción mexicana de 1953. Reportaje, dirigida por uno de los más grandes cineastas de la época de oro, Emilio “el Indio” Fernández. Es quizá la única película en la historia del cine que ha retratado con mayor fidelidad las acciones que pueden transcurrir mientras se recibe al nuevo año.
La película Reportaje no solo es notable por las historias que se entrelazan durante la víspera del Año Nuevo. Es la única cinta de la época de oro del cine mexicano que logró reunir a la mayoría de estrellas de aquel tiempo. Pedro Infante, María Félix, Jorge Negrete, Dolores del Río, Libertad Lamarque, son algunos de los grandes nombre que aparecen en este magnífico filme. Por cierto, su programación en la televisión mexicana, fue una constante durante décadas.
Respecto a esta celebración, son innumerables las películas que han incluido alguna o algunas secuencias en sus historias. Hay escenas memorables, mismas que pasaron a formar parte de la historia más entrañable del cine. Desde luego, dichas secuencias pertenecen a verdaderas obras maestras de la cinematografía.
El gran Charles Chaplin, en su película La quimera del oro (The Gold Rush), incluyó, la que es a mi juicio la más emotiva y significativa secuencia de la celebración del Año Nuevo. En esta gran pieza fílmica, estrenada en 1925, vemos a un solitario Chaplin imaginando y soñando un festejo de Año Nuevo. El momento más emotivo de la secuencia es cuando él toma un par de tenedores, los inserta en dos panes y emula un baile con estos. Es una secuencia con gran carga dramática.
Otra obra maestra del cine que incluye un segmento dedicado a la bienvenida del nuevo año es El Padrino: Parte II (The Godfather: Part II). Película de 1974, segunda entrega de la magnífica saga dirigida por Francis Ford Coppola. Es Al Pacino, interpretando a Michael Corleone, situado en La Habana de los años 50, quien protagoniza una secuencia llena de simbolismos extraordinarios en la fiesta de la víspera del Año Nuevo. En medio del glamuroso festejo, Michael toma de la cara a su hermano Fredo, interpretado por el histrión John Cazale, lo besa y pronuncia una de las líneas más célebres del cine: “Sé que fuiste tú, Fredo, me rompiste el corazón”.
El verdadero Año Nuevo de película se vive fuera del cine, en soledad o acompañado. Cada uno de nosotros ha tenido alguna celebración de fin y principio de año, llena de alegría o tristeza, de nostalgia o júbilo. El cine contribuyó a formar en el ideal de la masa, un festejo muy lejos de alcanzar para las mayorías. ¡Feliz Año, queridos lectores!
