La competencia por la Casa Blanca inicia una nueva etapa con el lanzamiento de la campaña de Michael Bloomberg, el empresario que transformó Nueva York en una docena de años. Mike, como será conocido durante su campaña, agrega una nueva visión a la política norteamericana y a la esperanza mundial del regreso de la razón y el pensamiento ilustrado.

El ascenso de Bloomberg como empresario y su riqueza, provienen de vender hechos, números e información sobre los mercados. Se estima su fortuna en 56 mil millones de dólares, suficientes para construir una campaña contra Trump del tamaño que se requiera.

Lo sorprendente del empresario financiero es que pudo multiplicar sus negocios aún cuando gobernaba Nueva York. El secreto de su éxito, es una mezcla de genialidad y sabia delegación de las tareas.

Su genio fue detectar que los corredores de bolsa, las tesorerías de empresas grandes y medianas en Estados Unidos necesitaban información al minuto de todo lo que sucede en los mercados.

Luego extendió sus servicios a una red periodística que cubre radio, televisión y nuevos medios digitales. Bloomberg News es hoy una de las organizaciones informativas más grandes el mundo con 2 mil 700 periodistas especializados. 

A los 77 años, el nuevo candidato demócrata, va con todo. La voz madura refleja su edad en la propaganda donde afirma su objetivo de regresar la esperanza a un país cansado de armas, cambio climático y engaños constantes en la narrativa de la Casa Blanca.

Podemos hacer una larga historia de sus aportaciones filantrópicas a muchas causas. Hay una que lo pinta de cuerpo entero: la transformación de las ciudades en el mundo.

Después de gobernar durante 12 años Nueva York y de sacarla adelante del golpe terrorista a las Torres Gemelas, Bloomberg decide contratar bajo su fundación a los funcionarios que trabajaban con él en la ciudad. En lugar de desperdiciar la experiencia exitosa en turismo, movilidad, seguridad pública y operación eficiente, funda una organización para elevar la calidad de vida de las grandes y medianas metrópolis del mundo.

Uno de los temas favoritos es el cambio climático, al que se compromete a diferencia del desprecio de Trump por el acuerdo de París y su negativa a reconocer el fenómeno probado por la ciencia. El maduro Bloomberg puede conectar con las nuevas generaciones a las que les lleva más de medio siglo con esa propuesta. Los milenials temen por su futuro y el de sus hijos.

Donald Trump no tardó en descalificar a Bloomberg y le auguró un fracaso llamándolo “Little Mike”, en el estilo preferido del presidente de Estados Unidos: el vituperio y la ofensa.

Bloomberg tiene la carga del desgaste político en Nueva York porque fue estricto y bajó la criminalidad y los robos. Su estilo aristocrático puede no gustar; la Reina de Inglaterra le otorgó el título de “Caballero”. También su inmensa riqueza puede pesar en el ánimo de los votantes, aunque es uno de las pocas personas en el mundo que pueden decir: he donado 10 mil millones de dólares.

Lo importante es que los demócratas tienen una opción más de centro, un hombre con experiencia y extraordinarios resultados en su vida pública y empresarial, sin las tachas de Trump ni la postura exagerada de Elizabeth Warren, quien desea cambios radicales riesgosos.

Para México el nuevo candidato agregará cordura y tal vez anime a empresarios nacionales a participar en política en tiempos donde la oposición no tiene rumbo ni sustancia.

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