Hablar de este tema no agrada a nadie, pero tampoco podemos ser omisos y quedarnos mudos ante los acontecimientos de los que hoy somos testigos.
Muchos se molestan, cuando hago historia y comento que fue justamente Felipe Calderón quine inició una batalla “valiente” pero poco inteligente en contra del crimen organizado.
Sin un mínimo de trabajo de inteligencia, inició la captura de capos del narco, abriendo boquetes y permitiendo la infiltración en cuerpos policiacos, pero peor aún, dejando libres a criminales y encerrando a inocentes, con testigos falsos y “protegidos”.
Desde entonces, la crítica del ahora Presidente Andrés Manuel López Obrador, fue lapidaria y en múltiples ocasiones, tanto en el sexenio de Calderón como de Peña Nieto, pidió la renuncia de diversos funcionarios, ante la incapacidad para combatir al crimen.
En campaña, prometió, desde el primer día de su mandato, que los delitos se reducirían a prácticamente a cero, que se cambiarían los “balazos por abrazos” y que él tenía la mejor estrategia, derivado de que era el “primer Presidente Legitimado” por un amplía mayoría de mexicanos.
No se equivocó en lo más mínimo al expresar que la mayoría de los mexicanos aprobaron su llegada al poder, sin embargo, el crimen creció exponencialmente y tuvo que expresar que tardaría 6 meses en implementar su estrategia.
A los 6 meses ocurrió de nuevo el crecimiento del crimen y dijo entonces que sería a los 10 meses& El plazo se cumplió y hoy a más de 11 meses de su llegada al poder, comenta, a pesar de que sus propias instancias de gobierno dan cifras oficiales, que él tiene otros datos.
Ahora, las cifras son lapidarias, pues tan sólo en sus primeros 8 meses de gobierno, los homicidios dolosos superaron los 19,642, comparados con los 7,061 cometidos en los primeros 8 meses del gobierno de Felipe Calderón.
En el mismo término las comparativas también son alarmantes, pues las denuncias por robo con violencia han sido en la actual administración de 188,320, contra las 104,324 de la administración de Calderón.
La gota que derramó el vaso, fue el fallido operativo en Culiacán, del que ya todos conocemos y del que derivó la comparecencia ante legisladores federales, apenas hace unos días del actual Secretario de Seguridad Federal, Arturo Durazo, quien encaró a la oposición entre mutuas acusaciones y denostaciones.
Por cierto, Durazo, fue prestigiado funcionario del gobierno de Felipe Calderón, a quien culpó de la actual situación de inseguridad que vive el país.
La realidad nos está alcanzando a todos y a pesar de los esfuerzos de muchos gobiernos estatales e inclusive municipales, la percepción de inseguridad es creciente, pues la gente se duele del incremento de robos a casa habitación, de robo de autos, robo con violencia, homicidios dolosos y los lamentables feminicidios, entre muchos otros.
A diario desaparecen más de 10 mujeres en el país, sin que en la mayoría de las ocasiones tengamos conocimiento si perdieron la vida, la libertad o inclusive han sido motivo de delitos sexuales continuos.
Nos alarmamos y organizamos marchas, pero no permitimos ni respetamos que ellas decidan con relación al respeto a su cuerpo y el aborto; sin duda alguna, parecemos una sociedad con doble cara.
Urge, hoy más que nunca la unidad de los mexicanos en torno al Presidente de la República, quien más allá de su gran popularidad, tiene la obligación de establecer un proyecto real y viable de seguridad para todos.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
