Durante la noche más larga de Cipriano Charrez Pedraza vestía saco azul marino, camisa blanca y lentes.
El originario de Villa de la Paz, Ixmiquilpan, entró a la sala de audiencia inicial la madrugada del sábado y vestía la ropa con la cual fue detenido unas horas antes, se le veía abrumado, cansado, alcanzó a saludar con un leve movimiento de cabeza a quienes estaban en la primera fila y que lo conocían.
Después se sentó en medio de su equipo de abogados y del lado opuesto, una mujer nerviosa, leía legajos, escribía tarjetas que pasaba a un hombre que intentaba escucharla y seguir sus instrucciones: los representantes del Ministerio Público que formulaban la acusación.
Quienes asistieron a esa audiencia, vieron a Cipriano Charrez acorralado luego de tantos años de emprender eso que llamó su lucha, de abanderar una causa, y que sus contrincantes llamaron una simple ambición personal.
Cipriano que hablaba en hñäñhú desde la tribuna del Congreso local y después en San Lázaro, que antes fue alcalde de Ixmiquilpan y luego marchaba por las calles de la capital, ese Cipriano ahora contesta a la jueza Janet Montiel Mendoza que no tiene nada que agregar.
La sala de juicios orales, bañada por una luz blanca, monótona, hasta aburrida y machacona, está casi llena en medio de un silencio de sueño que solo interrumpen los alegatos de los abogados y las constantes llamadas a receso.
El MP trató de impedir que la defensa de Cipriano llevara la audiencia hacia la violación de derechos humanos durante la detención y por consiguiente anular la orden de captura en su contra.
Sin embargo la jueza le dio entrada y después siguieron largas horas en las que el Ministerio Público no tuvo la capacidad de desvirtuar los argumentos de la defensa de Cipriano pero fue la jueza quien enderezó el caso para los representantes de la fiscalía y descartó la violación de derechos humanos.
“Te voy a matar hijo de la chingada, de esta no te salvas”, acusó el Ministerio Público que Cipriano dijo a su hermano.
Según lo narrado, Cipriano es investigado por los hechos del 1 de septiembre, ocurridos después de las 21:00 horas en el domicilio de Pascual Charrez.
“Usted llegó a este domicilio y lo sacó. Afuera, por la espalda, lo amenazó de muerte”, relató el Ministerio Público.
Agregó que supuestamente Cipriano Charrez metió el pie a Pascual, quien cayó y en el piso lo patearon varias personas.
Después el exalcalde de Ixmiquilpan sujetó del cuello a su hermano con el brazo izquierdo para ahorcarlo. “Te voy a matar cabrón, a ver si muy chingón, ya te traía ganas”, le dijo, y empezaron a golpearlo.
Pascual Charrez intentó levantarse pero le pisaron los pies y, de acuerdo con el Ministerio Público, Cipriano lo sujetaba con fuerza del cuello.
Entonces llegó otra persona que rescató al presidente municipal de Ixmiquilpan, sobre la carretera Orizabita-Olivo.
Después, habitantes de El Nith quemaron tres motos, una colectiva y una patrulla frente a la alcaldía de Ixmiquilpan en demanda de que fueran liberadas seis personas, detenidas en la casa de Pascual.
Cipriano perdió el fuero por la muerte de un joven durante un accidente automovilístico, pero pisó la cárcel por el supuesto atentado contra su hermano Pascual.
