¿Alguna vez has sentido la necesidad racional de dejar algo atrás por sobrevivencia?, hablo de esas ocasiones en las que tu mente, cuerpo y corazón desean cosas diferentes, el momento en el que entras a un conflicto contigo mismo y que te llevará a una guerra interna en la que definitivamente perderás.
No se trata de pesimismo, es simple lógica, si hay un ganador habrá un perdedor, y como diría la teoría del mal menor, nuestra decisión deberá provocar una acción cuyos efectos sean menos negativos que otros posibles que podrían derivarse de ella, pero cuando en nosotros mismos existen ambas partes perdiendo ganaremos y ganando perderemos.
Es por eso que hoy escribo esta carta de hasta pronto, la idea era hacerla canción, una felicitación de cumpleaños, una despedida, un mensaje que recordará que en ocasiones los sentimientos resisten más de lo que duran, una terapia de auto ayuda, pero que hoy la comparto por si alguna de estas palabras les sirve de consuelo, les ayuda a decir lo que piensan, por si un fragmento les ayuda a liberarse.
Hoy estoy rota, como muchas veces atrás pero diferente, esta vez no estoy pensando en recuperarte, no estoy desesperada por que me dejes, no me enveneno con pensamientos sobre ti, no estoy tramando la manera en que vuelvas, esta vez no juego a dejarte migajas para que puedas encontrarme, estoy rota sí, más que nunca, más que siempre, pero con ganas de seguir, entiendo que ya no se puede hacer más, que lo intentamos, que lo intentaste que lo intente, como dice esa canción: esto es lo que pasa cuando abres la puerta al amor dejando la cadena echada, te arriesgaste hasta donde aún pudieras sentir suelo debajo de tus pies, y yo me lancé al precipicio atada a mil cuerdas.
Yo aún no sigo me faltan pedazos importantes y vitales para seguir, estoy en pausa sabiendo que a partir de este momento todos los pasos que dé me alejarán más de ti, esto qué haces, todo lo qué haces yo ya lo hice, supongo es tu turno y no puedo evitarlo, pensé que no lloraría más, que se me habían acabado las lágrimas, sobre todo porque las ganas no faltan pero basta una respiración profunda para detener el llanto, pensé que dejaría de estar enferma por ti, pero hoy sé que se perdió mi cielo, mi meta, mi lugar, mi mundo y por eso duele estar tan perdida, por eso no hay equilibrio, las lágrimas invaden mi rostro por dentro tapando todo, no puedo escuchar, no puedo respirar, no puedo mirar, tengo el dormir prohibido, la imaginación dormida, todo por estas lagrimas que no quiero dejar salir, porque son para ti y tú no estás, y si las dejo ir tengo mucho miedo que no quede nada de ti, por eso me aferro a todo lo tuyo, una imagen, una canción un recuerdo, todos son tesoros.
Sé que el mundo no se detendrá la vida seguirá como si nada de eso estoy segura los pájaros cantarán por la mañana, la lluvia caerá, las plantas reverdecerán, el sol calentará y eso es lo que temo que la vida me lleve consigo, que mis sueños se cumplan, que la vida empiece a ser más tranquila, más estable, que los años cansen mi paso, y respire solo oxígeno, que un día me encuentre pegada de nuevo y esto pase desapercibido, tal vez por eso luchaba por que esto fuera reconocido, por qué la luna y las estrellas fueran testigos, no sé cuánto más aguante este cuerpo el precio por los instantes de felicidad plena, cada gota de ti me cuesta días de recuperación, tal vez sea el tiempo, tal vez sea la nostalgia, pero ante el eminente final me ha dado la absurda necesidad de saber de ti, de verte, oh que hermoso eres aún a la distancia, aún apagado conservas tu belleza.
Te miro desde aquí en silencio, acallando las ganas de mi piel por volverte a tener, de mis sentidos por enlazarse con los tuyos auto consuelo de tontos pensar en un futuro incierto, tal vez en muchos años nuestras miradas se vuelvan a cruzar, tal vez incluso nuestras manos logren tocarse con un tímido roce cordial, y en ese momento la vida volverá a tener sentido, cuando la electricidad muera de envidia, y el universo explote al no poder contener tanta energía, y nuestros ojos cansados brillen como si fuéramos jóvenes enamorados viéndose por primera vez, debo dejar de ser espectador de tu vida, porque estos sueños se están volviendo recurrentes, del lugar donde vengo el amor es lo más importante lo más fuerte, solo por eso dejaré abiertas las ventanas de hoy en adelante por si en tu vuelo un día decides regresar a tu nido, porque existe algo innegable y es lo que hicimos, si somos tan especiales como para haber vuelto a la vida a un tronco caído, haciendo de él un portal hacia la magia, un puente hacia el todo, un camino del destino, entonces también estoy segura que un día nuestras almas se sentirán encerradas, y entonces pedirán a gritos volver a latir con esa misma intensidad, pedirán sentirse vivas.
Ojalá les guste esta carta, escríbanme sus comentarios.
