El próximo 19 de septiembre, será una fecha clave para cientos de miles de deudores de créditos hipotecarios con el FOVISSSTE, pues en el Congreso de la Unión, se discutirán las leyes relativas a los créditos sociales para los trabajadores al servicio del estado.
Llama poderosamente la atención que el Presidente de la República ha sido claro en el sentido de apoyar a quienes hoy tienen una deuda que se convirtió en impagable, pues el trabajador público, en su mayoría lleva años sin percibir un incremento salarial y en el mejor de los casos, quienes han recibido incremento, éste ha sido ínfimo.
Lo anterior, conlleva a que los créditos se eleven de manera periódica, pues hoy no hay una tasa fija, como en varios de los créditos comerciales, sino sujetos a las ya citadas, en anteriores artículos dentro de ésta columna, UMAS.
Mientras el Presidente Andrés Manuel López Obrador, en sus discursos, ha comprometido todo el apoyo, parece que las instrucciones no han llegado a sus subordinados, pues apenas hace unos días, un grupo de trabajadores del sector público, derechohabientes de la seguridad social y acreditados, asistieron a las oficinas centrales del FOVISSSTE y la respuesta no sólo fue negativa, sino burlona e insultante.
Narran, quienes acudieron con un servidor y piden guardar el anonimato, que varios trabajadores, compañeros entre ellos, tanto de los estados de Guerrero como Hidalgo, fueron recibidos con un rotundo no a cualquier clase de apoyo, con sarcasmos y amenazas de que inclusive las medidas de cobro arreciarán.
Los acreditados, que no han dejado de cubrir una sola mensualidad, pues los descuentos se los realiza puntualmente las instituciones (patrones) para quienes laboran, hoy adeudan más de lo que inclusive se les prestó.
La respuesta de los funcionarios públicos fue que no era problema del ISSSTE el que no ganaran lo suficiente o no tuvieran incrementos acordes al incremento de la UMA.
Inclusive ellos enviarán una carta al Congreso pidiendo no cambie el esquema de préstamos, pues hoy generan, según su dicho, más de $11,000 millones de pesos anuales en utilidades, que “se ven reflejados en sus estados de cuenta”.
Ya en 1995 quebró la economía familiar de cientos de miles de personas que tenían créditos hipotecarios con la banca privada, generando el rescate de las instituciones bancarias a través del FOBAPROA, hoy estamos a nada de caer en el mismo supuesto; en el primero de los casos, tardamos 20 años en recuperarnos, hoy ¿Cuál será el resultado?
Lo dije hace meses, el gobierno federal tiene en sus manos el ser el mejor amigo de cientos de miles de familias mexicanas, fijando reglas claras, bajo esquemas de pago reales, pues los trabajadores seguirán pagando sus créditos, pero bajo esquemas que permitan un pago y una disminución del adeudo.
De otra manera, no sólo perderán su patrimonio, sino que la macroeconomía mexicana, sufrirá uno de los peores embates de este nuevo siglo.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
