Al día de hoy, hay 62 Universidades Politécnicas en el país, mismas que se empezaron a crear hace 17 años; las pioneras fueron en San Luís Potosí y Tulancingo.
La primera contó con la fortuna de tener instalaciones propias, pues prácticamente era una institución de educación superior a la que le modificaron el sistema, mientras que la segunda, nació de la nada, ofertando dos licenciaturas y ubicándose en bodegas rentadas y bajo el mando de la Dra. Rocío Ruiz de la Barrera.
17 años después, en este mes, la Politécnica de Tulancingo celebra su aniversario; ésta ofrece 8 opciones de estudio a nivel profesional y 9 posgrados, de las primeras, todas las que son susceptibles de acreditar bajo parámetros de calidad, ya han sido certificadas y el 30% de los posgrados, están dentro del Padrón Nacional de Posgrados de Calidad del CONACYT.
En cambio, la de San Luis, desafortunadamente no ha generado una sola oferta de posgrado.
Así de disímbola ha sido el desarrollo de la educación politécnica en el país, pues no todos los estados le apostaron a su desarrollo y el gobierno federal, invierte cada día menos en este modelo educativo.
Lo que muchos no han visto, es que este modelo educativo atiende a casi 100,000 jóvenes en el país y que el 80% de sus estudiantes, son la primer generación en acceder a la educación superior; por lo que en caso de no existir, ellos no tendrían la oportunidad de estudiar bajo un esquema novedoso y que cada dos años actualiza sus programas de estudio, junto con el sector empresarial, para atender la realidad laboral de cada región.
Otro dato, no menos importante, es que su alumnado se incorpora al mundo laboral en el último período de estudios, con lo cual su etapa final de aprendizaje, es directamente en la empresa y no en la escuela, siendo pioneros en el sistema dual de educación (aprender trabajando).
El resultado de lo citado en el párrafo anterior, conlleva que tengan mayor oportunidad de acceder a un trabajo relacionado con lo que estudiaron, en los primeros seis meses, una vez que egresan.
Grandes instituciones de educación superior (por su antigüedad, infraestructura y/o presupuesto), tienen un grado de empleabilidad (porcentaje de estudiantes que obtienen trabajo dentro de los primeros 6 meses una vez que egresan y es relacionado con lo que estudiaron) de apenas el 40%, en la Politécnica de Tulancingo es del 62%.
No obstante lo anterior, el Gobierno Federal ha decidido no permitirles participar en fondos concursables a los que acceden Universidades Autónomas, imponer mayores requisitos en las convocatorias para apoyos y programas, e inclusive reducir drásticamente su presupuesto, desde el año 2019.
De igual manera, hoy se discuten las leyes secundarias de la reforma educativa y ante los legisladores, está la disyuntiva de convertirlas en Institutos Tecnológicos (federalizados), mismos que en promedio no tienen ni el 50% de sus programas educativos acreditados por organismos nacionales y/o internacionales.
La Politécnica de Tulancingo, tan sólo en estos tres años, triplicó su intercambio académico, estudiantil y de investigación con tres de los cinco continentes del planeta, sus estudiantes obtuvieron el séptimo lugar en el concurso de Microsoft Latinoamérica, celebrado en Brasil, entre más de 7,500 proyectos; fue la única Universidad de Hidalgo, en lograr estar dentro de los primeros 10 finalistas en el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2019, entro otros tantos logros.
Lo que hoy deberán responder los legisladores federales, es saber si deseamos mejor educación o simplemente “más educación”, pues las empresas demandan profesionistas competentes y competitivos.
Tú& ¿Qué opinas?
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
