Al cierre del primer semestre del año, diez de las películas mexicanas más taquillera en nuestro país, ocho son de comedia. Lo cual indica que este es el género predilecto por el público local en las salas de cine.
Según datos ofrecidos por la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), No manches Frida 2, dirigida por Nacho Lozano, recaudó 329 millones de pesos en salas de cine; significándose como la película más taquillera en lo que va del año. Seguida de Mirreyes vs Godínez, dirigida por Chava Cartas, que generó 238 millones de pesos. Dulce familia, del director Nicolás López, obtuvo 112 millones de pesos.
Esas tres películas representan lo que e público mexicano quiere ver en el cine. Comedias ligeras y de situación. Difícilmente un película de género distinto alcanzará en la actualidad esas cifras en taquilla.
Muy lejos está, aunque dentro de las diez películas más taquilleras del primer semestre de este año, Belzebuth, cuarto largometraje del director Emilio Portes, esta vez en el género de terror. Su trabajo ingresó 32 millones de pesos, la novena película dentro del top diez, en la primera parte de este año.
El lugar diez, de acuerdo a las cifras consultadas, lo tiene El complot mongol, dirigida por Sebastián del Amo. Ubicada en el género del cine negro, basada en la novela del mismo título, escrita por Rafael Bernal en 1969. Con un elenco en apariencia atractivo para el público, generó 22 millones de pesos en taquillas.
Esto deja en clara evidencia que el negocio para la industria del cine en México es la comedia ligera. Es por ello que la oferta en las carteleras comerciales, respecto al cine nacional, está plagada por títulos de comedia. Es entendible, el país vive desde hace años una época violenta, esta violencia es expuesta en diferentes plataformas de comunicación. Ya sean medios tradicionales o digitales, en todo momento se nos comunica el violento momento que vivimos.
Otro factor que convierte a la comedia como reina de las taquillas mexicanas en cine, es la pobre oferta en salas, de géneros como el drama, el terror o el documental. Las grandes productoras y las grandes distribuidoras, apuestan por un negocio seguro. Aunque me parece que existe una sobre exposición del cine de comedia, no hay un equilibrio en el mercado de películas para las salas de cine.
Es momento de apostar por géneros distintos, el público mexicano se cansará en algún momento de ver la misma fórmula en pantalla una y otra vez. Nada le haría mejor a la industria del cine nacional, que refrescar y diversificar sus contenidos.
