La empatía es la capacidad que tenemos de ponernos en el lugar del otro, de entender que hay diversos puntos de vista y así comprendernos como seres humanos que pensamos, sentimos y vivimos diferente, también es la base de la comunicación y de la buena convivencia.

La empatía es una cuestión de niños, jóvenes y adultos. ¿Cuánta violencia acabaría, si aprendiéramos a ser un poco más conscientes y respetuosos de la vida de los demás?

Es muy importante que impulsemos este valor y habilidad desde la infancia ya que permitirá que nuestros niños desarrollen habilidades emocionales y sociales más afectivas y autenticas.

Para que un adulto pueda ser empático es necesario que se haya trabajado con ella desde que era niño.

¿Cómo enseñarles de empatía a nuestros niños?

Como ya lo hemos dicho en otras ocasiones todo empieza en ti, ellos no pueden practicar algo que no conocen o no ven en ti, pero la mejor forma de desarrollar la empatía es tu siendo empático con ellos.

  • Cuando tu hijo te hable, escúchalo. Cuando un niño se comunica con nosotros es porque tiene necesidad de expresarse. Tenemos dos oídos y una boca, lo cual significa que tenemos el doble de capacidad de escuchar que de hablar. 
  • Compréndelo, a veces como papás queremos que ellos entiendan nuestro cansancio, nuestras múltiples ocupaciones, nuestras preocupaciones y dejamos a un lado lo que ellos sienten.
  • Tú mejor que nadie conoces a tus hijos y sus sentimientos, jamás los juzgues, intenta ver con sus ojos, escuchar con sus oídos y sentir con su corazón.
  • Evita criticar a otros delante de ellos y tampoco los critiques a ellos con otras personas. 
  • Se feliz con las cosas que a ellos  los hacen felices.
  • Valida sus emociones difíciles, déjalos que aprendan a lidiar con sus momentos de tristeza, enojo o decepción ya que sentir estas emociones te permite entender a los demás y sus momentos difíciles. A nadie le gusta ver sufrir a sus hijos y tratamos  de ayudarlos,  resolver  o sustituir la emoción por algo material que los haga feliz, pero cada emoción tanto positiva como negativa es parte de la formación de nuestra personalidad y ayudan a entender como sienten los demás en determinado momentos.
  • Respeta su personalidad, esto los hará sentir valorados y queridos, a su vez esto lo proyectan y lo aplican con los demás.
  • Cuando hace algo que no te agrada, o no es parte de lo que le has enseñado dedica un tiempo para averiguar y que te explique porque hace lo que hace.

Y  recuerda bien que la base de la empatía es:

TRATALO  COMO A TI TE GUSTA QUE TE TRATEN

“Con demasiada frecuencia subestimamos el poder de una caricia, una sonrisa, una palabra amable, un oído atento, un cumplido honesto, o el más pequeño acto de cariño, todos los cuales tienen el potencial de cambiar una vida”

Leo Buscaglia.

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