Una emergencia ambiental para la zona Tula-Tepeji, propuesta por la Semarnat, adquiere el carácter de urgente cuando empresas contaminantes insisten en instalarse en esa región del estado.
Para tener una idea del interés que suscita esta zona entre las industrias, basta con revisar la gaceta ecológica donde el gobierno federal publica los trámites sometidos al Procedimiento de Evaluación del Impacto Ambiental (PEIA).
En dicho espacio electrónico quedó constancia que el gobierno federal negó el pasado 13 de junio la instalación de una planta de residuos sólidos urbanos de manejo especial y peligrosos en el municipio de Tepeji, la cual pretendía utilizar en sus procesos ácido sulfhídrico y amoniaco.
La delegación federal de la Semarnat, de acuerdo con el documento de 14 páginas, consideró que la manifestación de impacto ambiental presentada por Ramse Soluciones Ambientales S. A. no documentó de manera detallada los efectos que causará este proyecto en la región.
300 TONELADAS DIARIAS
Tal empresa pretendía tratar 300 toneladas de residuos diariamente, de las cuales 150 serían desechos sólidos urbanos, 135 de manejo especial y 15 considerados como peligrosos. El gas que generaría se vendería a la industria química y los lodos utilizados como fertilizantes.
El proyecto consistía en la construcción, equipamiento y operación de una planta de bioplasma para la disposición final de los residuos sólidos urbanos de manejo especial y peligrosos, así como producción de energía eléctrica.
La planta que ya no fue concretada estaría sobre el kilómetro 1, camino Mabe Huehuetoca-Santiago Tlaltepoxco, en Tepeji. Apunta que la superficie total del predio en la que se pretendía instalar la planta es de 91 mil metros cuadrados.
Ramse Soluciones debió de describir cómo realizaría la transmisión de la energía eléctrica generada y establecer la infraestructura necesaria; sin embargo, argumentó no tener dicha información porque realizaba estudios con la Comisión Federal de Electricidad (CFE), ya que contemplaba la posibilidad de construir una subestación o utilizar una existente sobre la carretera Jorobas-Tula.
“Lo anterior toma relevancia dado que, al no contar con las descripciones no es posible analizar y evaluar los posibles impactos ambientales, resultantes de las actividades de generación y distribución de energía eléctrica”, apunta la dependencia federal.
La Semarnat también señaló que la mezcla de residuos peligrosos con residuos normales para la formulación de combustible sólido residual se contrapone con la Ley General para la Prevención y Gestión Integral.
Por tanto, dicha empresa no podrá iniciar ningún tipo de obra y actividades en tanto no obtenga la autorización previa en materia de impacto ambiental.
