De pronto las carteleras de los cines son monótonas y limitadas. Afortunadamente existen muchas opciones que ofrecen alternativas para ver cuando ir al cine no es la mejor opción. Así llegué a Dark, serie alemana original de Netflix, que recientemente estrenó su segunda temporada.

Esta serie autoría de Baran bo Odar y Jantje Friese, resulta una auténtica joya dentro del boom de las series. Dirigida magistralmente por el mismo Baran bo Odar y fotografiada de manera extraordinaria por NIkolaus Summerer, Dark plantea la posibilidad de viajar en el tiempo y el espacio, bajo la premisa de que todo está conectado.

De lo paranormal a lo científico, pasando por lo religioso, tocando la mitología e ilustrando lo filosófico, eso es esta magnífica serie que va más allá del simple entretenimiento. No solo nos plantea el concepto de la temporalidad, majea aspectos tan complejos como materia y antimateria. Algo realmente extraordinario en el mundo de las series.

Hace muchos años mi madre me regalo el libro Así hablaba Zaratustra, de Friedrich Nietzsche; recuerdo que leer una sola página me lleva día enteros para tratar de comprender el texto. En Dark, los autores ilustran de espléndida manera, algunos conceptos planteados por Nietzsche, como el “eterno retorno”, concepto plasmado en las dos temporadas de la serie.

La serie está llena de misticismo, de parábolas como esta que se plantea de forma literal,  autoría del milenario Shuangzi: &soñé que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era yo que había soñado que era mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era yo.

El discurso audiovisual de la serie está lleno de símbolos y signos, como el tatuaje de uno de los personajes llamado Noah (Noé). Es la Tabla Esmeralda, un texto mítico  propio del estudio de la hermenéutica, lleno mensajes religiosos y filosóficos. Del ocultismo dan un sutil paso a la mitología con Ariadna y Teseo.

Los conceptos científicos dan certidumbre a la trama. Ya se expresarán los expertos en el tema para afirmar o negar los planteamientos que se usan para el desarrollo de la historia en Dark, pero usar el postulado de Einstein sobre los agujeros de gusano o apoyar la narrativa en  el bosón de Higgs, es algo maravilloso para el espectador.

Todo lo anterior se concreta con un estupendo guion, con magníficas actuaciones, con la dirección de arte espectacular y con una gran selección musical digna de antología. Empezando por el tema de introducción Goodbye, de Apparat, mismo que ya había tenido presencia en otra serie, en la temporada cuatro de Breaking Bad en su episodio trece. La música de Dark merece una columna aparte.

Ya se prepara la tercera temporada de la serie. Es un gran acierto para Netflix apostar por contenidos inteligentes que refresquen la oferta de consumo para nosotros los espectadores. Veamos qué sucede el 20 de junio del 2020.

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