Durante años habitamos una ciudad hasta cierto punto tranquila, libre del caos que predomina en la convulsa capital del país, a dos horas de distancia. Pero Pachuca creció de manera desordenada ante la indiferencia e improvisación de sus autoridades.

Ayer, un cielo espeso, como neblina, y la contaminazación durante la mayor parte del día nos recordó los efectos del crecimiento urbano desordenado en la zona centro del país.

Pachuca está experimentando una de las tasas de crecimiento más altas de población y suelo urbano en México y las áreas metropolitanas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Entre 2000 y 2015, la capital del estado de Hidalgo registró el segundo crecimiento de población más rápido (2.9 por ciento promedio anual) entre las áreas metropolitanas de México (1.7 por ciento) y el cuarto más rápido en los estados donde la OCDE tiene presencia (0.8 por ciento).

Según el estudio de la organización internacional, que analiza el caso Hidalgo, tal crecimiento de la población es acompañado de una gran expansión del tamaño urbano.

Pachuca registra el crecimiento más rápido en áreas urbanas (43 por ciento), entre México (23 por ciento) y áreas metropolitanas de la OCDE (15 por ciento).

Ante dicho escenario, la congestión y la expansión ya producen efectos negativos en las áreas metropolitanas, cómo la contaminación, apunta el análisis.

En el caso de Hidalgo, según la Revisión Nacional de Calidad del Aire 2016, ninguna de las tres áreas metropolitanas del estado cumplió con las normas de ozono y partículas sólidas.

Pachuca es la tercera área metropolitana con el nivel más alto de ozono en México y Tula está clasificada como la segunda ciudad con los niveles promedio anuales más altos de partículas sólidas.

Por tanto, agrega el documento, la urbanización rápida requiere de inversiones en infraestructuras locales e interurbanas y estructuras sociales modernas en poco tiempo.

Hidalgo debe prestar atención al tipo de crecimiento de sus ciudades y desarrollar escenarios de asentamientos orientados hacia el futuro, con la finalidad de crear políticas urbanas sustentables.

De lo contrario, la calidad del aire registrada ayer en la capital del estado será un adelanto de lo que se puede convertir Pachuca.

Basta un ejemplo que aporta la OCDE: en la capital del estado, entre 2001 y 2016, 30 de los 69 proyectos de vivienda aprobados por la alcaldía no tuvieron una evaluación de impacto ambiental. 

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