Hace 8 días inicié un experimento como vecino y ciudadano de Mineral de la Reforma, en el que denuncié ante la autoridad municipal la operación de un centro de venta de bebidas alcohólicas y en dónde se atiende a los clientes con música, a volúmenes superiores a lo que la norma oficial mexicana establece.
La queja interpuesta tenía dos fines principales, por un lado pedir la actuación del Ayuntamiento ante faltas a diversos reglamentos (Desarrollo Urbano y Equilibrio Ecológico, Comercio y Abasto, Protección Civil, entre otros), e inclusive violación a derechos de terceros, pues estos expendios se encuentran en medio de zonas habitacionales y escuelas, públicas y privadas muy cercanas.
El segundo, en pleno reconocimiento que no fue la actual administración la que otorgó los permisos, el conocer cuál fue la administración que lo hizo y si el expediente contiene todos los documentos y estudios (incluido el de impacto ambiental) para su funcionamiento.
Así y con sendo escrito inició la travesía apenas el pasado lunes, en donde además, en búsqueda de un proceso transparente, lo compartí en redes sociales.
Lo sorprendente fue el recibir múltiples de mensajes, tanto de apoyo, como de quejas de otros casos, en donde denoté un sentimiento de abandono por parte de los vecinos, con relación a su representación municipal.
En mensajes privados, me expresaban su total apoyo y el deseo de poner orden en algunas actividades comerciales en el municipio, pero además dándome a conocer de irregularidades que viven a diario.
Públicamente me comprometí a apoyar a quienes solicitaron el apoyo, y la sinergia generada fue muy interesante.
Por su parte, la autoridad municipal hizo su trabajo y el pasado día jueves, acudió al establecimiento comercial y decidió clausurar. En el acto y por coincidencia, un servidor llegó al momento al lugar de los hechos.
Tuve la oportunidad de platicar con los propietarios del establecimiento comercial, a quienes les expresé, tanto mi pesar por la violación a diversas leyes, pero sobre todo a la paz social y por el otro escuché con justa razón, sus argumentos y sus deseos para trabajar de manera honesta y tener una forma de vida.
Coincidimos en que podemos cohabitar en el mismo espacio, respetando las leyes y respetándonos mutuamente; hoy tienen un proceso legal que atender y espero, sinceramente, lo resuelvan favorablemente y a la reapertura de su negocio, lo hagan respetando las reglas y a los vecinos.
Así como manifesté mi crítica a la omisión de la Presidencia Municipal, hoy mi deber es reconocer su actuación, quedando pendiente la información que requerimos los vecinos para deslindar responsabilidades de malos servidores públicos.
Y la lección más importante es, cuando los vecinos nos unimos y trabajamos por causas justas, honestas y con responsabilidad, somos los vecinos los que impulsamos a los gobiernos.
De ahí la frase “Vecinos Al Gobierno”, quienes debemos unirnos y trabajar solidariamente entre todos, si deseamos un mejor país.
Por hoy me despido, esperando tus comentarios.
Hasta la próxima.
