La petición que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, para que el Rey de España y la Iglesia Católica ofrezcan una disculpa a los pueblos originarios de América, por las matanzas e imposiciones culturales y religiosas, durante la llamada conquista va más allá de un simple acto republicano.

Es el inicio de la sanación a una IMPRONTA COLECTIVA, heridas abiertas que se produjeron a nivel energético, genético, mental y antropológico-social en los mexicanos y latinos que, hasta esta época, llevamos arrastrando.

No es casualidad que los latinos seamos la cultura con la mentalidad más pobre del mundo. Desde el malinchismo, el revanchismo, la desconfianza, la indisciplina y hasta el temor al dinero& son las herencias de una conquista hecha “con la espada y la cruz”.

Por ello, la acción de solicitar una disculpa, abre la posibilidad de conciliar esa historia que juntos construimos, como si se tratase de un Acto de Psicomágia, de los que habla Alejandro Jodorowsky.

La disculpa y el perdón son la antesala para derribar en el subconsciente los arquetipos implantados por entidades extraterrestres (de las que ya les hablé), que hicieron su base en Europa. En América intentaron destrozar el proceso de ascensión vibratoria y de las Razas de Luz establecidas ahí, y que somos nosotros.  

EL MALINCHISMO 

La solidaridad es una de las características de los mexicanos. Sin embargo, esta queda rebasada cuando se contrapone el complejo social de rechazar lo propio, al grado de discriminar y, por el contrario, favorecer lo extranjero.

Esto viene a cuenta, pues, al llegar los españoles y su arsenal (llamado Iglesia Católica) se obligó a los nativos a negar sus orígenes, tradiciones, costumbres, creencias y su piel de bronce; intentaron arrancarnos las raíces y nos volvieron esclavos del miedo. 

En un afán de sobrevivencia, nos volvimos malinchistas inconscientemente. Pero, no se dieron cuenta que aquellos que pisaron sobre la tierra éramos semillas.

EL DINERO Y LA RELIGIÓN CATÓLICA 

América Latina es la tierra exageradamente más católica del mundo. Un continente cultural colgado a la religión católica y que representó el daño más fuerte que se hizo en la conquista, pues, terminó por hundir la conciencia y desconectar, paradójicamente, de lo divino.

Al invadir América, los españoles llegaron por todo lo que tenía valor, principalmente oro, ya que este mineral es muy codiciado en el universo, es energía solar solidificada, y con el cual trafican. 
Por ello, muchos nativos ocultaban sus riquezas, pero, con la colonización comenzaron a relacionar “la riqueza con desgracia y muerte”, pues, “si nos entregabas el oro violarían a tu esposa, hijas y después las matarían”.

¿Sabes por qué en la conquista, la Corona a través de la iglesia se enfocó en empobrecer a los pueblos prehispánicos? Ellos necesitaban el dinero para soportar el crecimiento de las colonias en “el nuevo mundo”; hasta la fecha siguen interesados en tu limosna.

“Pobre pero honrado”, “el dinero es malo”, “el dinero pervierte”, “es rico porque seguro se chingó a alguien o anda en malos pasos” o la clásica frase: “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los Cielos”. ¿Cuántas veces hemos dicho o escuchado esas palabras?

LA DESCONFIANZA Y EL REVANCHISMO 

Cuántas veces hemos escuchado o dicho “ese me va a chingar, mejo yo me lo chingo”; cuando se está expuesto a periodos largos de estrés, se generan reacciones involuntarias o automáticas que incluso son heredadas genéticamente. 

Por ello, cuando los europeos llegaron a chingarse a los antepasados, estos generaron patrones y conductas de desconfianza y revanchismo que, hasta la fecha traemos enquistados en las memorias celulares. Hoy la vemos en una cultura social y políticamente corrupta.

LA INDISCIPLINA, ENVIDIA Y DESORGANIZACIÓN 

Precisamente, como se estuvo expuesto a acciones, palabras y actitudes contrarias a nuestra naturaleza, es decir se reprimió muchas emociones, pensamientos y sentimientos, generó la indisciplina y desorganización. 

Aunque la indisciplina es un estado humano que se observa con naturalidad, en los latinos esta situación es más marcada. Esta desigualdad en un pueblo maniatado, generó envidia y una mentalidad pobre, precisamente para no reclamar o alzar la voz (nacieron las castas).

Como conclusión, solicitar una disculpa de este tipo no es algo superficial; el perdón es algo de grandes conciencias, pues, para curarnos tenemos que entender que venimos de una cultura muy golpeada, pues, quien no sabe de dónde viene, difícilmente va a saber a dónde va.

Gracias.

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