Cada vez que algún académico, investigador o periodista, publicaba alguna teoría o interpretación de una realidad política en la que se involucraba al ex presidente de la república, Carlos Salinas de Gortari, éste negaba todo y respondía con la frase “política ficción”.

Apenas hace unos días fuimos testigos de una jugada maestra por parte del actual Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien ha sido acusado por sus detractores, de iniciar el camino a su reelección.

Todo esto porque ha insistido y pronto tendrá forma y fuerza legal, una consulta dentro de tres años (poco menos), para que el pueblo de México manifieste si se revoca el mandato del presidente.

Estudiosos y analistas de la Ciencia Política han comentado que es el primer paso para después, buscar la reelección.

No obstante lo anterior, pierden de vista el efecto mediático inmediato, pues lo que se pretende es que el nombre del actual presidente, aparezca en boletas que se entregarán junto a la de candidatos a diputados federales y senadores.

En otras palabras, de manera inteligente, sin importar si es moral o éticamente correcto, aprovecharán la gran popularidad del mandatario federal para que el “efecto AMLO” que se produjo en las pasadas elecciones, se repita y la gente vote por un líder y por candidatos que, sin conocerlos, reciban el beneficio del voto conjunto.

Así, antes de pensar en una reelección, estaríamos ante un Presidente con poder absoluto por 6 años, sin contrapesos en el legislativo, con organismos autónomos a merced del ejecutivo y con un muy disminuido poder judicial, en otras palabras, un soberano supremo con título de ejecutivo federal.

Para ser honestos, es de aplaudirse tan inteligente estrategia, pues apenas el 2018, México vivió la ola López Obradorista que no la pudieron parar en casi todo el país a excepción de 5 ó 6 entidades.

Apenas hace unos días, distintos medios publicaron encuestas en donde el Presidente goza de casi el 80% de la aprobación a su gestión, a 100 días de haber iniciado; aun con mis dudas con relación al porcentaje, es innegable que mucha gente apoya las decisiones del Presidente.

Los que ven más negativos que positivos en su gestión, han atacado con gran fervor en las redes sociales, con memes, para ser honesto, muy originales y con gran sentido de crítica.

Lo que no perciben, es que una figura tan encumbrada, no perderá tan rápido una popularidad tan importante, y por otra parte vemos a sus defensores que, apasionados, juzgan arduamente a quien se atreve a emitir una opinión contraria a las decisiones de su amada figura presidencial, sin comprender que su popularidad, en ese sentido, no durará por siempre.

La apuesta es más que interesante, pues la economía del país ha iniciado una etapa de desaceleración, lo que es el precedente de una probable recesión, con lo cual se perderían empleos, el poder adquisitivo de los salarios se reduciría y decisiones como concentrar poder y dinero, tendrían un alto precio para los mexicanos.

Si el escenario resultara adverso, entonces el efecto AMLO, en lugar de permitir ganar “el carro completo”, traería una derrota brutal en su contra; lo que convertiría una jugada maestra, en un grave error político, lo que sólo sabremos cuando esto suceda, sin embargo y por ahora, este artículo entraría en la categoría de la “Política Ficción”.    

Por hoy me despido, esperando tus comentarios.

Hasta la próxima.

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