El pasado 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se estrenó globalmente la más reciente película del Universo Cinematográfico Marvel (MCU), Capitana Marvel, primera de la franquicia en ser protagonizada por una heroína.
 
Hay mucho que decir al respecto, pero en este espacio voy a hablar específicamente de cómo emplearon la música, lo cual encuentro formidable, no solo por la nostalgia de los noventas, época en la que se desarrolla la cinta, sino por el gran valor expresivo que los creativos dieron a las canciones usadas, dotándolas de varios niveles de lectura.
 
La importancia del soundtrack ha ido en aumento exponencialmente desde la invención del cine sonoro y el estreno de El Cantante de Jazz (1927), la primera película con sonido completamente sincronizado, que además cabe mencionar que es un musical. A partir de entonces, la música se ha vuelto una elemento fundamental del lenguaje cinematográfico, sin el cual hoy en día una película es prácticamente impensable.
 
Marvel, en la gran mayoría de sus prouducciones bajo el sello de Disney, se ha centrado en música instrumental ambiental escrita expresamente para determinadas escenas, pero recientemente ha apostado por éxitos del pasado para acompañar a sus personajes, destacando el soundtrack de las dos entregas de Guardianes de la Galaxia.

Pero en el caso particular de Capitana Marvel, la música jugea un papel primordial dentro de la narrativa, ya que no mencionan explícitamente el año exacto en el que se desarrolla la trama pero dan varias señales que ayudan a deducirlo y muchas de ellas son a partir de la música.
 
Escuchar de fondo Come As You Are de Nirvana, estrenada como sencillo en 1992 y que es uno de los grandes himnos de la Generación X, nos remonta inevitablemente a los noventas; que Carol Danvers, la protagonista, aparezca luciendo una playera de Nine Inch Nails, chamarra de piel y camisa a cuadros amarrada a la cintura (y se haga refencia explícita a su estilo grunge, género musical que surgió con gran fuerza entre los jóvenes esa época), es un enorme guiño; y que se pueda ver en las paredes de la calle el poster del Mellon Collie and the Infinite Sadness, álbum de The Smashing Pumpkins, lanzado al mercado 23 de octubre de 1995, nos da una pista muy exacta del momento en que ocurren los eventos.

Por otro lado, los temas de las canciones también forman parte importante del argumento, nos hablan de autenticidad, de romper las reglas si es necesario e incluso hacen referencia a teorias de conspiración y que las cosas no son lo que aparentan como el caso de Man on the Moon de REM (1992).

Y por si fuera poco, varias de las canciones también apoyan el potente discurso feminista de la cinta, nos solo al remembrar a algunas de las figuras femeninas más sólidas en la industria musical de aquellos años, sino por el contenido de sus letras, Only Happy When it Rains de Garbage (1995), Just A Girl de No Doubt (1995), Waterfalls de TLC (1994), Whatta Man de Salt-N-Pepa (1993) y Celebrity Skin de Hole (1998) en los créditos finales.
 
En resumen, Capitana Marvel, aunque quizá está lejos de ser la mejor película del MCU, es un gran ejemplo de cómo una cinta comercial debe explotar el gran potencial narrativo y expresivo de la música.
 
 
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