Hagamos un poco de memoria. En el marco de La Conferencia Mundial sobre Las Políticas Culturales (MONDIACULT), celebrada en la Ciudad de México en 1982, organizada por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), se aprobó la Declaración de México sobre las Políticas Culturales. Sí, hace 37 años.
Tal Declaración, aportó definiciones, conceptos y puntos trascendentales para el amplio campo de la cultura.
Extraigo la siguiente afirmación: “… la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.”
Este documento, lo pueden encontrar en el sitio de Internet de la UNESCO, no es nada complicado encontrarlo, tampoco lleva mucho tiempo leerlo.
A los diputados, miembros de las comisiones de cultura, locales y federales, les hubiera venido bien, revisar la Declaración.
Como mero punto de referencia, es un instrumento que pudiera servir de brújula al momento de pensar en el desarrollo de políticas culturales.
La asignación presupuestal de las Cámaras al sector cultural no es un tema menor. La Secretaría de Cultura de Hidalgo, tiene un recorte para este año, de 56 millones 123 mil pesos, respecto al año pasado.
Lo cual no significa hacer más con menos, como afirma el Presidente AMLO, no significa castigar a una secretaría.
Significa inhabilitar a proyectos y movimientos culturales independientes, cuyo mayor apoyo se sustenta en apoyos otorgados por esta dependencia.
Eso en el ámbito local, en lo federal, la Secretaría a cargo del Dr. Olaf Hernández, envió un bloque de 42 proyectos, al Congreso de la Unión, para gestionar recursos que les permitan continuar.
Ninguno obtuvo recursos. Tal parece que se ha beneficiado a un grupo, a determinados intereses ajenos al accionar cultural de la sociedad civil hidalguense.
Esto nos lleva al extermino y a una clara política de exclusión para más de 25 festivales culturales en la entidad. La planificación y administración cultural, no debe ser exclusiva de un grupo político.
La cultura es la base sobre la que se construye una sociedad. Por lo pronto, gran parte del desarrollo cultural de la región se verá frenado, los afectados no son 67 proyectos, los afectados son millones de ciudadanos.
