¿Te has puesto a pensar lo contradictorio que resulta la Navidad? Sí, esa fecha en la que se celebrar la unidad, el amor y la paz entorno al nacimiento de un ser llamado Jesús que vino hace miles de años a salvar el mundo del pecado, a quien por cierto, lo presentan como un hombre moribundo, ensangrentado y clavado en una cruz.
Curiosamente, esta celebración decembrina comienza con la tala de árboles para que después, una familia los compre, adorne con luces de colores (las cuales desestabilizan nuestro campo electromagnético) y los sitúe en la habitación principal de su casa durante poco más de un mes; después de eso, simplemente, lo desechan.
Esto, no solo representa la muerte de un ser vivo. También, corta y merma el flujo energético que emanan estos grandiosos seres y que ayudan a filtrar las partículas contaminantes del aire, absorber olores y gases nocivos como óxidos de nitrógeno, amoníaco, dióxido de azufre y ozono.
También, ayudan a los humanos a transmutar la energía densa que generar y que va degradando el cuerpo. Por algo, cuando se está estresado (enfermedad del hombre blanco), dicen: “necesitas un respiro”, sugiriendo ir al campo o al bosque.
Como dato, para este 2018 se calcula una producción y venta de árboles navideños cercana al millón, cuya edad va de 6 a los 8 años. Esta celebración parece más un culto a la muerte que a la vida. Lo digo con mucho respeto y sin la intención de trasgredir las creencias que giran en torno a esta festividad.
¿QUÉ HAY TRAS ESTA PRÁCTICA DE LOS ARBOLES DE NAVIDAD?
Cortar un árbol para utilizarlo como adorno, es el sello característico de una raza extraterrestre, conocida como Anunnakis, que se ha enquistado en los procesos evolutivos de la humanidad trayendo rituales, creencias y conductas para sacar tajada.
Estos seres de apariencia reptilóide se alimentan de esa energía densa que liberamos a través de esos rituales y conductas, incluso, de los sacrificios humanos, animales (derramamiento de sangre) y degradación del medio ambiente.
El mensaje proyectado, entorno a esta maravillosa raza árbol que cumple una tarea importante para canalizar energía (fotosíntesis) solar para nutrir el Sol intraterreno de este planeta, es: “nosotros somos superiores ante cualquier raza” también lo hacen con los animales (como leones, elefantes, toros, águilas, cóndores, entre otros) que cazan y que utilizan como adornos.
EL ÁRBOL DEL ‘ROCKEFELLER CENTER’ EN NUEVAYOK
El encendido del árbol navideño en el Rockefeller Center en Nueva York, acto que cumplió 85 años el pasado miércoles, fue justamente ese mensaje (imperceptible) para la humanidad de parte de ese linaje reptil.
Curiosamente, el árbol noruego que se sacrificó para esta celebración tenía 75 años de vida, tiempo en el que alcanzó 22 metros de altura y un pesos de 12 toneladas. Fue cortado en la localidad de Wallkill, para trasladarlo al centro de Manhattan, según informaron medios nacionales.
¡Toda una vida! Sin duda un árbol con mucho amor, sabiduría y grandeza. Yo lo prefiero vivo, ¿y tú?
¿HAS ABRAZADO ALGUNA VEZ UN ÁRBOL?
Si no lo has hecho, ¿qué esperas?, en verdad, es una sensación increíble sentirlos. Una vez, con un grupo de amigos lo hicimos y la respuesta fue espectacular: el árbol se cimbró, sentimos su espíritu.
Incluso, te puedes comunicar con ellos. Hace unos años tuve una experiencia de ese tipo, fue algo extraordinario que en otro momento les contaré.
Gracias.
