Esta semana he leído y escuchado la molestia de parte del público cinéfilo de México, sobre el reducido número de salas donde se proyecta a partir del 21 de noviembre, la película Roma, de Alfonso Cuarón. Algunos hablan de una batalla del director para mostrar su más reciente trabajo, otros de un bloqueo por parte de las exhibidoras mexicanas.

Lo cierto es que Roma, ganadora del León de Oro a la mejor película en el Festival Internacional de Cine de Venecia, será estrenada en la plataforma de streaming Netflix, el próximo 14 de diciembre. Además, tuvo ya una breve presencia en salas de proyección independientes, a finales de agosto y principios de septiembre. Esto como mero requisito para aspirar a representar a México en los premios Oscar, como película de habla no inglesa. Lo cual ya es un hecho.

 

¿Cine o streaming?

Nunca escribo ni hablo de películas que no he visto, ya tendré oportunidad de ver Roma a partir del 14 de diciembre. No entiendo el debate que se ha suscitado en torno a la escasa distribución en salas de cine. A final de cuentas la película cuenta con una distribución que estoy seguro, tendrá millones de vistas.

En un tuit, Alfonso Cuarón nos dice que en México, su trabajo se exhibirá en 40 salas, mientras que en Polonia estará en 57 y en Corea del Sur en 50. En un comunicado emitido por Netflix, invitó a proyectar Roma, a las dos grandes cadenas de exhibición en nuestro país. Por lo que entiendo no hubo acuerdo entre las partes para tener la proyección comercial de esta película.

Con la llegada de diferentes servicios de streaming para video, se diversificó la forma de consumir cine. Hasta hace no mucho, solo había dos opciones, en la sala de cine o en el televisor. Estos servicios, como Netflix, Amazon Prime o HBO, por citar algunos, nos ofrecen no solo películas o series de catálogo, también ofrecen estrenos en exclusiva, mismos que no son posibles de ver en salas comerciales antes de su paso por estas plataformas. Incluso una de las dos grandes cadenas de exhibición en México, cuenta con streaming.

Hoy el público tiene la oportunidad de ver contenidos en video desde cualquier dispositivo, un teléfono, una computadora o una tableta, en el momento y en el lugar que lo desee. Para los productores de cine en México y el resto del mundo, el streaming ha significado una gran ventana para poder llegar a más consumidores, en algunos casos, como única opción para mostrar su trabajo.

Este mismo servicio es usado en algunas grandes cadenas de cines para proyectar en sus salas conciertos y diferentes eventos deportivos. Ya sea en el cine o en streaming, lo importante es que el consumo de productos cinematográficos va en aumento. Nosotros, el público, tenemos el poder de decidir dónde nos parece mejor ver una película.

Hay muchas buenas películas que no tienen cabida más allá del espacio obtenido en festivales de cine. Roma estará disponible para quien quiera verla. No veo objeto para debatir su escasa presencia en salas de cine.

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