“Hay que sufrir para disfrutar”. Esa es la tercera y última paradoja. Renegué mucho de esta, pues, ¿a quién le gusta sufrir? A mí no, aunque hubo una etapa de mi vida en la que era ‘tiro por viaje’, las cosas salían mal o se complicaban, confieso que fue una etapa muy dura.
Lo que no sabía en ese momento, es que la vida me daría una gran lección. Lo que aparentemente fue una derrota, fue mi triunfo, pues, aprendí a agradecer las derrotas y el sufrimiento, pues son buenos maestros…
El presente nos da la oportunidad de avanzar hacia el futuro. Cada quien ha tenido, o tiene, muchas cosas que superar… eso forma parte de nuestra formación y crecimiento.
Creo y siento que venimos muchas veces a este planeta (y a muchos otros) a aprender aquellas lecciones que necesitamos como espíritus, para redescubrirnos y evolucionar. Para esto existe algo chingón llamado: PROBLEMAS.
Los problemas son oportunidades que ‘nosotros mismos nos ofrecimos a nosotros mismos’ (suena reiterativo y gracioso) para crecer. Son las consecuencias de los pensamientos, sentimientos y emociones que alguna vez creamos (personal o colectivamente).
Estas contrariedades nos obligan a chingarle. Cuando, por nosotros mismos, cambiamos la forma de ver, hacer y sentir las cosas, estas cambian. Nos sanamos, sanamos y también nos hacemos sabios.
LOS PROBLEMAS VUELVEN
Si crees que te has de librar de un problema, déjame decirte que estos suelen volver cuando aún quedan dudas o residuos que limpiar. Retornan con una clara intención: para probarnos. Así de sencillo, no hay más. ¿Te ha pasado que después de superar un problema, relación o circunstancia, esta retorna una vez más (o varias veces) a tu vida?
Cuando los problemas vuelven, solemos enojarnos, frústranos y después criticarnos (este último es un veneno que cierra toda posibilidad de bendiciones). Recurrimos a la conmiseración y decimos: ‘ya valió madres, me volví a apendejar, pensé que ya lo había superado’ y a continuación viene la depresión.
Sucede que cuando creemos superar un problema, este vuelve a manera de reforzamiento. Sí, como en la escuela. Para pasar realmente la prueba, la vida (o más bien, tú mismo) vuelves a ponerte ese problema para ver cómo vas a reaccionar. DESPIERTA ESO ES EVOLUCIÓN.
Muchas personas vuelven a su antigua manera de reaccionar (se deprimen, critican, enojan y buscan dar lastima). Otras, aprenden del sufrimiento para después, actuar de otra forma, y, ahora si a disfrutar.
LAS CAIDAS SON PARA DESAPENDEJARTE
Como dice Don Lauro de la Cruz, un abuelo de sabiduría, sacerdote Maya, monje Tibetano y gran amigo (quien por cierto, en diciembre estará de nuevo en Pachuca): Desapendejate, no pasa nada.
Ríete de los problemas. Sencillamente nos estamos ofreciendo la oportunidad de reaccionar de otra forma ante las circunstancias. En el momento que hagamos eso, desaparecerá rápidamente ese problema, sea cual sea, NO ES MAGIA ES ALQUIMIA.
PARA COMPARTIR:
Esta semana te dejo el link del documental que habla de Don Lauro de la Cruz “El Maya Galáctico” (se estrenó hace seis días).
Dudas, sugerencias y comentarios: [email protected] o mándame un mensaje al 7711521361.
GOZALO.
