Vivimos en una constante de procesos de depuración internos y externos, manifestados a través de problemas que resultan incomodos, pero que en el fondo nos están desafiando para trascender miedos, tristezas, resentimientos y hasta creencias.
Para trascender esas experiencias requerimos, necesariamente, una profunda limpieza o purificación de nuestras células (en ellas se almacena vieja información), sentimientos, emoción y pensamiento. Es precisamente en cada problema que tenemos la oportunidad de liberarnos.
Por ello, hoy quiero compartir estas tres paradojas que llegaron a mi vida, justo en el momento en el que todo se derrumbó en mi vida, en un abrir y cerrar de ojos, una crisis que por poco me cuesta la vida, pero que me despertó.
Etas tres paradojas de crecimiento son: “Hay que morir para vivir”; “Hay que dar para recibir” y “hay que sufrir para disfrutar”. Hoy describiré solo la primera. Gracias.
“HAY QUE MORIR PARA VIVIR”
Cuando escuché estas palabras me recordaron una canción religiosa. Pensé que tenía que morir físicamente para después resucitar. Sin embargo, su significado era más profundo, era una trasformación o conversión, por la que todo aprendiz pasa antes de ser maestro.
Fue así que José Antonio Alcaraz Suárez tuvo que morir. Morí a una vida en la que sostenía estrés, miedo, resentimiento, egoísmo, tristeza, angustia, apego y desesperación. Fue difícil morir, ya que el ego y su sistema de creencias me hicieron codependiente de muchas acciones (que en el fondo eran destructivas), sentimientos, pensamientos y emociones que me aferraban a mi vieja vida.
Pero, fue cuando morí que comencé a vivir. Aunque en ese proceso, literal, estuve a punto de morir fue la principal experiencia que me catapultó. El zarandeó fue cabrón, prueba de ello es la notable cicatriz que tengo en el antebrazo derecho… esa experiencia me hizo abrir los ojos (tener consciencia).
Ocurre como una semilla cuando se seca y que es sepultada en la tierra. Aparentemente, muere, pero, en realidad, esta resurge creando un nuevo árbol.
SUGERENCIAS ‘PARA MORIR’
Todo en esta vida es práctica y para esta paradoja te sugiero, primero, que reflexiona e identifica qué aspectos de tu vida te resultan incomodos. En el fondo sabes que tienes que cambiarlos (el sentimiento es la brújula).
Por ejemplo, malos hábitos, relaciones intrapersonales, miedos, enojos… prácticamente, todo aquello que te hacen sentir mal. Mata a ese hombre o mujer que ya no quieres ser. Es importante tener presente esto: “No se trata de demoler la casa, se trata de observa qué ladrillos ya no soportan la estructura para remplazarlos”.
Una vez identificados, ten la firme convicción de cambiarlos y si no puedes, apóyate de personas de confianza, que agreguen valor a tu vida, o de algún terapeuta, claro está ellos ‘no te van a hacer la chamba’, tienes que ayudarte tu… eso es prácticamente lo que les digo a las personas que acuden a terapia conmigo, pues, es chido cuando nos acompañamos.
Recuerda: “Conforme surge un desafío, en el interior de tu corazón habita la fuerza para superarlo en cantidad equitativa a la dificultad. Nada acontece en tu vida que no puedas solucionar, sólo es cuestión de encontrar la Fuerza Interior para superar los acontecimientos y elevarlos a su más alto potencial”.
Gracias.
