¿Han visto la película infantil, Monsters Inc, en la que unos monstruos, a través de portales, se infiltran por las noches a las recamaras de los niños para asustarlos y extraerles una energía, provocada por el miedo, que utilizan para su beneficio? 

Bueno, esta historia recogida en la ciencia ficción infantil, es la forma clara y sencilla en la que se ha vivido a la sombra de la humanidad durante miles de años. Tiene que ver con un grupo de razas cósmicas de apariencia reptil, que decidieron desconectarse de la fuente o de Dios, para experimentar “la otra cara de la moneda”.

Se han caracterizado por someter, manipular y romper el libre albedrio de varias razas en el universo, imponiendo sistemas sociales, políticos, económicos, religiosos, alimentarios, etcétera. ¿Te has dado cuenta que en todas las culturas antiguas siempre hablan o hacen representaciones de “DIOSES REPTILES”?

 SI QUIERES ESCONDER LA VERDAD, PONLA ENFRENTE DE TODOS

Te has preguntado ¿por qué hay tanto caos, violencia, sufrimiento, abuso y desesperanza en el mundo?, ¿por qué hay mucho derramamiento de sangre animal (como las corridas de toros, cacerías y matanzas) y de personas (guerras, asesinatos, enfermedades y crisis económicas) y atentados contra el planeta?, ¿por qué los gobiernos hacen poco para revertir esto?, ¿quién o quiénes están detrás de esto? 

Hay muchas variaciones de estas razas, pero, entre las más publicitadas están: los Draconianos, Insectóides, Cthulhu, Anunnakis, Liranos, Arios, Reptileanos, Chitauris, Luciferinos y los Grises; muchos están infiltrado entre nosotros, en las cúpulas gubernamentales, políticas, económicas y religiosas; otras operan a nuestras espaldas, pero todas, absolutamente todas, se alimentan del miedo y sufrimiento que generamos.

A ellos no les conviene que miremos hacia el universo exterior y mucho menos hacia nuestro universo interior, es decir, que DESPERTEMOS. Reflexiónalo, analízalo, pero, sobre todo, deja que tu corazón sea la brújula. Por algo siempre se ha negado la existencia de vida extraterrestre, es ingenuo pensar que los seres humanos son los únicos en el universo. 

MI PRIMER ENCUENTRO CON UN SER REPTIL EN LA POLÍTICA 

Hace unos años, en un evento nacional de un partido político realizado en Pachuca, Hidalgo, que me mandaron cubrir, vi por primera vez a uno de estos seres reptiles. Su rostro era como de lagartija opaca, me llamó la atención su mirada, no me dio miedo, simplemente lo contemplé hasta que poco a poco, como si fuera un holograma, recuperó sus rasgos humanos.

Creo que él no notó que le había visto en su forma natural. Sin embargo, continué con mi trabajo. Siempre que comparto esta y otras experiencias, suelo escuchar “no manches, Toño, de cuál fumaste” o “estas bien loco”. Siempre lo tomo con humor y no busco que me crean. 

Con el tiempo supe por qué pude percibir a ese ente. No soy el único, todos tenemos la capacidad de amplificación de la visión: los seres humanos tenemos diferentes glándulas (que conforman el cuerpo energético). 

Estos entes se han encargado, a través de la manipulación alimentaria, hábitos y sistemas creados, de mermar esas partes internas de nuestra bóveda celeste que nos compone físicamente.

Por ejemplo la glándula pineal, conocida como el tercer ojo, esa piñita milimétrica que se aloja en el hipotálamo, a la altura de la frente y que a través de los alimentos procesados, los cigarrillos y otras sustancias, la han calcificado. Permite una captación vibracional de los átomos más rápida que, a los ojos físicos, resulta imperceptible. 

“Hay que tener ojos para poder ver y oídos para poder escuchar”, es lo que decía Jesús, un maestro galáctico, al cual los seres reptilóides utilizaron como estandarte para crear y manipular a la gente a través de la religión cristiana y católica, pues en las celebraciones siempre lo representan como un ser lacerado y moribundo (es una fijación mental). Recuerda: “Jesús es la luz, no la cruz”. 

LAS RAZAS REPTILOIDES NOS TIENEN MIEDO 

Así como en la película Monsters Inc, cuando los monstruos son descubiertos por los niños, se atemorizan, corren despavoridos y, si son tocados, los tienen que descontaminar, porque no aguantan la vibración más pura, la de los niños, que es el amor. 

Próximamente abundaré más sobre el proceso alimentario y por qué estas entidades nos ven como alimento, además del conflicto que hay entre ellas y de las razas de amor que han encarado. 

Te dejo otra gran verdad: somos dioses en potencia y estamos despertando.

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