“Cómo vibras y qué sostienes en tu campo emocional depende enteramente de ti. Así que, procura no culpar a los demás, ni a las situaciones que pasen por tus estados de ánimo, pues, si te sientes mal es porque lo estas permitiendo y alimentando”.
Hola de nuevo. Antes de empezar estas líneas quiero que te preguntes ¿cuándo fue la última vez que perdiste o cediste tu poder a una persona, objeto o situación? Yo, por ejemplo, en este momento que escribo, estuve a punto de perderlo por andar peleando con la computadora que se ha vuelto lenta.
Es frustrante, pero a la vez divertido, aceptar que estamos acostumbrados a ceder nuestro poder creativo cada cinco minutos a situaciones estúpidas, sin sentido o que no dependen de nosotros.
Eso trae consecuencias pues nos esclaviza física, mental, sentimental y emocionalmente, atrayendo una “racha de mala suerte o desgracia” que van complicando las actividades de nuestro día y, que incluso, llegan a perpetuarse por semanas, meses y hasta años.
Sé que no es fácil entender esto. Sin embargo, encontré el ejemplo exacto en “El libro más pequeño del mundo, con las verdades más grandes del universo”, escrito por mi carnalito galáctico Gerardo Amaro:
Imagina que es un día normal en la mañana, te estás preparando para ir a trabajar. Te bañaste, te peinaste, estás listo para salir, pero, antes de cruzar la puerta te das cuenta que no traes tu saco preferido.
Entonces, regresas a buscarlo al closet y no está, lo buscas en otro closet y tampoco. Buscas por toda la casa y no apareció; al final te das por vencido (a) y decides ponerte cualquier otro, pero, ya vas enojado(a) porque no traes tu saco preferido, ESE ENOJO, por pequeño que sea, TRAE CONSECUENCIAS.
Cuando vas manejando a la oficina sigues con el enojo. Entonces, se te cierra otro vehículo, y tienes que dar un frenón que hace que el café se derrame en tu ropa. Llegas a la oficina todo manchado (a) a una junta, pero, más enojado (a) aún porque tu ropa no está presentable, ESA VIBRACIÓN SE TRANSMITE a la junta y te va mal.
Así, sucesivamente, vas teniendo malos momentos durante el día hasta que se convierte en UNO DE LOS PEORES, y todo se originó porque no encontraste tu saco preferido.
En este sencillo y hasta burdo ejemplo, se muestra la forma en la que vamos cediendo nuestro poder, en este caso, a un saco y, pues, ya no se decidía por uno mismo y todo salió mal, se atrajeron energías densas que intervinieron en el día.
¿POR QUÉ OCURRE ESTO?
Porque somos Dioses en Potencia. Creamos la realidad a cada instante, pues, proyectamos energía creativa en todas las direcciones a través de lo que pensamos, sentimos y que nos emociona. Así se crean nuestras experiencias y la realidad.
Cuando se juntan estos tres elementos etéreos hacen que suceda la realidad, proyectada por cada uno de nosotros y que hacemos tangible a través de nuestro vehículo o contenedor cósmico, que es el cuerpo y sus sentidos.
NO TE ENOJES POR COSAS QUE NO TIENEN SENTIDO
La intención de este artículo es que puedas ser más consciente para que no pierdas tu poder. Cuida tus pensamientos, sentimientos y emociones. No te enojes por cosas que no tienen sentido, no gastes tu energía en cosas que no valen la pena, es momento de usar tu poder para tu evolución espiritual, recuerda: Eres Dios en Potencia, no lo olvides, el poder es tuyo.
¿CÓMO SURFEAR EN ESOS DÍAS DE LA MALA RACHA?
La mejor manera de navegar en esos días en lo que todo a tu alrededor, incluyéndote, se encuentren más irritables o ansiosos de lo normal, es observando las emociones que vas sintiendo, eligiendo cambiar y no engancharte con aquellas que te produzcan malestar, enojo o frustración.
Debo de confesar que al escribir este artículo recibí una gran lección por parte de la computadora, pues, aunque estuve a punto de zarandearla ya que se había trabado, decidí actuar de otra forma.
Acepté la circunstancia, la cual tiene solución y es llevarla a mantenimiento, no insistí más, me relajé, puse música y esperé a que reaccionara… todo fluyo y no permití que mi poder se fugara. Ahora estoy sonriendo.
IMPORTANTE: Recuerda que todo lo que nos ocurre, personas que se topan en nuestro camino tiene un propósito divino, son nuestros maestros, pues nos enseñan algo para evolucionar.
