Con mucha preocupación veo a Morena cayendo en sus propias mentiras y llevando a México hacia una incertidumbre sin precedentes.

Por un lado, el INE le acaba de demostrar a Morena una estafa que atenta contra cualquier principio ético. 

Nada más y nada menos les detectaron el desvío de dinero del fideicomiso para atención a las víctimas del terremoto. Depositando en dicho fideicomiso montos en efectivo secuenciales de forma irregular por sus operadores políticos por más de 44 millones, mientras que otros retiraron de la misma manera 64.4 millones de pesos. 

Dicho de otro modo, usaron este fideicomiso para lavar dinero y para ejercer acción política en tiempos electorales. ¡Nunca fue para las víctimas! ¿No mentir, no robar, no traicionar? Por favor, qué burla.

Pero ya el verdadero colmo es que después de que le pusieron a Morena una multa de 197 millones de pesos (2.5 veces el valor de su fideicomiso truculento), AMLO calificó el suceso como “Vil venganza”. Pero… ¿Venganza de quién? ¡Si él ya es el futuro presidente de México y ya acabaron las campañas políticas! 

¿Venganza del PRI? El PRI lo ayudó a llegar al poder. ¿Venganza del PAN? No veo cómo, pues el PAN ya se diluyó y no tiene ese tipo de poder. En verdad, eso se llama cinismo… ese será el futuro presidente de México.


Truena AMLO contra el INE por multa a Morena por fideicomiso para damnificados del 19-S



Y para acabarla… en días pasados AMLO anunció que va a desaparecer la estructura de delegados federales en cada entidad federativa para poner a un “coordinador general” quien  será ahora el vínculo entre él y los estados.

Esto viola flagrantemente el pacto federal y quita poder al gobernador electo para dárselo a una persona que no fue electa, sino impuesta por el presidente. 

Básicamente quiere poner a gente designada por él, para ser un vicegobernador en cada estado y así bloquear mediante el presupuesto a los gobernadores electos.

Hace poco escribí acerca de lo peligroso que es que Morena tenga mayoría en el Congreso, y pues bien, si AMLO desea imponer a sus delegados, basta con que lo proponga al Congreso y que se apruebe, lo cual es una demostración de lo riesgoso de regresar al presidencialismo absoluto.

Algunos pueden pensar que esto puede ser una buena medida para evitar abusos como el del exgobernador de Veracruz Javier Duarte, pero por el otro lado, equivale a darle mucho más poder al Presidente.

Y si vemos los perfiles de las personas que pretenden nombrar coordinadores en los estados, la cosa se pone color de hormiga. Puro político de dudosa carrera. 


 

Expanistas, expriistas y viejos colaboradores: estos son los coordinadores de AMLO


Para Hidalgo a mi parecer, es un asunto grave.

Por un lado a la persona que están proyectando como coordinador estatal del gobierno federal es a Abraham Mendoza Zenteno quien fue dirigente de Morena en el estado, pero a quien sus mismos consejeros expulsaron de Morena por haber pactado 10 de 18 candidaturas con Gerardo Sosa Castelán. 

El argumento de los consejeros de Morena para sacar a Mendoza Zenteno del partido es que violó sus estatutos al “permitir los vicios de la política actual como el influyentismo, el nepotismo, el amiguismo, el patrimonialismo, el clientelismo, la perpetuación en los cargos, el uso de recursos para imponer o manipular otros; la corrupción y el entreguismo”.

Por otro lado, al entrevistar al gobernador Fayad acerca del nombramiento de Mendoza Zenteno, manifiesta que le parece que es una buena idea para reducir el gasto burocrático, con lo cual coincido. Sin embargo, lo que me parece es que no ha visto que lo van a amarrar de las manos para operar ejecutivamente al Estado. Claro, a menos que ya haya pactado con Gerardo Sosa una tregua, lo cual es factible en el futuro cercano.

En fin… lo verdaderamente triste es que hoy se proyecta el control político del país como no se había visto en décadas y en manos de un partido político que creó un fideicomiso para lavar dinero a nombre de los damnificados de un terremoto.

Hoy el respaldo democrático abrumador es para un partido político que se vendió con mentiras al electorado, un partido perdido sin ética.

La pregunta a responder es: ¿Qué historia haremos juntos?

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