Hoy 30 de abril se cumple un mes de campañas electorales, donde se aprecia en los medios de comunicación tradicionales y en las redes sociales, una intensa batalla por ganar el voto de los electores.
En Hidalgo particularmente, están enfocadas las baterías de los estrategas electorales de Morena, buscan ganar a toda costa, el mensaje político seria arrollador, para la clase política nacional: “la debacle del grupo Hidalgo”.
En las campañas políticas existe una regla simple, para ganar se requiere de un buen partido y un buen candidato. La fórmula, es tan simple como la suma de 1+1, nunca falla. En base a ello MORENA se ha hecho de oportunistas, operadores electorales, la mayoría ex priistas resentidos, y de candidatos más o menos conocidos.
Y es justo con las candidaturas como la del aspirante al senado, Julio Menchaca Salazar y la del candidato a diputado local Humberto Veras Godoy ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, quienes cumplen solo una de estas dos reglas. La incorporación del grupo Universidad, busco garantizar una estructura electoral para un partido que no tiene ninguna, con una operatividad y movilización que les permita ser eficaces el día de la elección. Tal estructura fue perfeccionada tras su paso por Acción Nacional y Movimiento Ciudadano, por el menor del clan Damián Sosa.
Además de la estrategia electoral de piso, los candidatos obradoristas deben hacer uso de la trillada línea discursiva, de que los culpables siempre son “los otros” y cualquier personaje es mejor que quienes han estado en “la mafia del poder”.
Traen la encomienda de repetir una y otra vez, para implantar en el imaginario colectivo: que “López Obrador es la esperanza y la salvación del pueblo mexicano”. A resumidas cuentas, la estrategia actual de López Obrador, es algo así como: Llegar al poder, como sea y con quien sea.
Ejemplo claro es la alianza con el jefe político del grupo universidad, Gerardo Sosa Castelán.
Twitter: @David_Tenorio