(Con información de José Trinidad Méndez)
Irapuato, Guanajuato.- El Obispo de la Diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, lamentó que por la inseguridad haya complicaciones para reunirse en las celebraciones religiosas tras la masacre de siete jóvenes el lunes pasado en San Felipe y de ocho en Salamanca, en marzo pasado.
Díaz Díaz mencionó que es complicado pedir seguridad para todos los eventos, aunque la han solicitado a algunas autoridades, dijo que debe darse a toda la ciudadanía y no solo a los grupos juveniles o eventos religiosos.
“Desgraciadamente, sí, muchas parroquias y muchos jóvenes (han cambiado horarios). Esta semana, por ejemplo, estuve en la parroquia de San Antonio en Pueblo Nuevo y comentaban las dificultades de reunirse ya en determinados horarios, la dificultad de trasladarse unos a otros con la desconfianza de la inseguridad”, aseguró.
Monseñor expresó que aunque se trata de seguir y de prevenir, siempre está la inseguridad y no se puede en ningún momento ignorar.

Las mismas familias, los mismos padres de familia, todos son los que van haciendo precauciones, aunque pedimos a veces seguridad, no es posible pedir seguridad para cada celebración, para cada acontecimiento”, indicó.
Díaz Díaz también dio a conocer la postura de los obispos de México para evitar que el aborto se despenalice.
Dijo que no se le puede quitar la vida a un producto derivado de una violación o algún feto que tenga alguna enfermedad.
“La situación de violación o situación de niños que son concebidos y que probablemente tengan enfermedades, yo creo que no es lícito matar a nadie, no es lícito matar a nadie porque entonces vamos escogiendo nosotros y nos constituimos en jueces de la vida y vamos a matar después al anciano, que parece que ya no nos sirve” señaló.
El Obispo recordó que la Iglesia siempre ha estado en la defensa a la vida.
‘Masacres de Mendoza y San Bartolo no deben olvidarse’: Arquidiócesis de León exige justicia
AM publicó el 22 de mayo que la Arquidiócesis de León demanda a las autoridades que no queden impunes las masacres de siete jóvenes en San Bartolo, en el municipio de San Felipe y de 8 en Salamanca, en marzo pasado.
El vocero de la Arquidiócesis, el padre Marcos Cortés Muñiz, señaló que este tipo de hechos violentos es muy preocupante y que se tienen que tomar medidas donde haya concentración de jóvenes, tanto en festejos, como en peregrinaciones.
“Tenemos que exigir a nuestras autoridades que actúen contra la impunidad. El mismo Arzobispo nos ha encomendado a los sacerdotes y a los jóvenes, a luchar por ellos. La Iglesia deberá hacer su labor y el Estado también, para que termine con toda esta violencia”, acotó el vocero.
Masacre en San Bartolo de Berrios, San Felipe
San Bartolo de Berrios, una comunidad ubicada al norte del municipio de San Felipe, recientemente ha sido golpeada por la violencia entre presuntos grupos delictivos.
La madrugada del lunes 19 de mayo, siete jóvenes fueron masacrados con armas de grueso calibre cuando convivían en la plaza principal luego de un festejo con motivo del 10 de mayo.
Las víctimas, fueron identificadas como Braulio Ignacio, de 20 años, Mariano, de 18; Luis Ángel, de 18, otro con el mismo nombre de 24 años; Miguel Ángel, de 23, Ángel Gerardo, de 19 años, y un adolescente de 17.
Masacre en San José de Mendoza, Salamanca
La masacre del lunes, la número 13 del año en Guanajuato, fue la segunda perpetrada luego de un evento religioso y en la que las víctimas son jóvenes devotos.
El 16 de marzo, ocho personas murieron tras un ataque a balazos contra jóvenes de la parroquia de San José de Mendoza en Salamanca.
Llama Calderón Calderón a vivir la vida en paz y con amor

El Arzobispo de León, Jaime Calderón Calderón, hizo un llamado a los fieles católicos a vivir la vida en paz, sin odios, sin rencores y con amor.
“Uno de los signos de que hay vida, es que hay movimiento, aun cuando esté uno dormido, por el movimiento interno. Dice un viejo dicho, que el justo camina, el sabio corre y el enamorado vuela”, señaló.
Calderón exhortó a los fieles católicos a “no vivir en el odio, en el rencor, en la envidia, sino que seamos enamorados de la vida.
“El motor fundamental que hace que uno se mueva está en el amor”, subrayó el Pastor de la Diócesis de León en su mensaje.
En el sexto domingo de Pascua, recordó a la comunidad no vivir en la orfandad, sino tener siempre la presencia del Señor.
“El amor mueve la vida y a eso se le llama motivación. Toda nuestra vida debe estar impregnada de esa motivación. Se requiere una actitud profunda. Donde dos personas o más se encuentran reunidas en mi nombre, ahí estaré yo”.
El Arzobispo añadió que quien se siente amado por el Señor no tendrá desesperanza, desilusión, ni estará solo.
“El distintivo del amor cristiano es que Cristo ama hasta el extremo, sin interés. El amor de Dios es incondicional. La fuerza del amor de Dios inunda a las personas, pero no es forma violenta, sino libre”, acotó en su predicación.
La persona debe preguntarse cómo vive su vida cristiana; reflexionar si hay desilusión o desesperanza, dijo.
“De lo contrario, no nos permitirá confiar en el amor de Jesús. La presencia de Dios es paz, no violencia. La paz es un don de Dios, donde se garantiza su presencia y su poder”, dijo.
Finalmente, hizo un llamado a la grey católica a no tener miedo a vivir en paz y a no acobardarse ante las dificultades que nos presenta hoy este mundo.
“La persona que acoge el misterio de Dios vive en paz, quien rompe su fe, hace un muro. No hay que perder la paz, ni acobardarse ante las dificultades. Aun en el caminar de la vida, el Señor está con nosotros”.
HLL
